Las balas de fogueo llegan a su recta final y dan mucho que hablar. El test emeritense fue tremendamente significativo porque sacó a la luz, en mi opinión, varios problemas que se han repetido esta pretemporada (para eso está) y que conviene solucionar más pronto que tarde. Sigo pensando que en el fútbol, ya sea en Anfield o en Utrera, hay que ser mucho más pragmático, y que abusar de la salida de balón desde tan atrás suele dar más trabas que soluciones a no ser que te hayas reencarnado en el mejor FC Barcelona de siempre, que no es el caso. Varios regalos absurdos de nuestros porteros y defensas en cada partido sólo nos cuestan ahora simples suspiros, pero luego se traducirán en graves dolores de cabeza. También me pareció pobrísimo el bagaje de las acciones a balón parado -algo tan vital siempre- y que, en ocasiones, Chendo vive en una isla demasiado solitaria. Sí que valoro de la prueba del domingo la personalidad, el no arrugarse y querer mandar siempre, se tenga quien se tenga enfrente, así como que el equipo no dobló la rodilla, que parece anecdótico pero no lo es porque acostumbrarse a perder también taladra el coco. Y considero más que provechosas las declaraciones de Gallego dejando claro que el Recre tiene mucho que perder este año y poco que excusar, por lo que hay que estar preparados para cada mina que se encuentre, que van a ser muchas y variadas. Ojalá del dicho al hecho no haya gran trecho.

Estas son algunas de mis pedradas y, como este espacio es mi diván, tengo el deber de soltarlas pidiendo perdón por adelantado, que seguro que me equivoco mucho más que acierto. Pero para pedrada, y gorda, la de los de siempre. No por convertirse en habitual algo tan llamativo debe dejar de señalarse: que tantos recreativistas dejaran su maravilloso verano onubense y se hicieran más de 500 kilómetros para un mero partido de pretemporada es acongojante, como también lo es la cifra de abonados alcanzada a estas alturas… y viniendo del desastre que venimos, oiga. Para que luego cuatro amebas con patas y cinco piojos resucitados le den a esta afición lecciones de no sé qué. Que no olviden nunca estos artistas que quien escupe a cielo le cae en la cara; aunque el escupitajo caiga 'en diferido', llegará. Vamos que si llegará…

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