Análisis

Rogelio Velasco

El optimismo de los Presupuestos para 2019

El Gobierno ha decidido presentar en el Parlamento el proyecto de Presupuestos para 2019, a pesar de que no tiene asegurado el apoyo para su aprobación.

2018 acabará con un déficit consolidado de todas las administraciones públicas del 2,7% del PIB. El previsto para 2019 es del 1,3%. La Administración central prevé un -0,3%, las comunidades autónomas un -0,1%, para las corporaciones locales se contemplan presupuestos equilibrados y es la Seguridad Social -las pensiones- la que prevé el mayor déficit, un -0,9%.

De cada 100 euros de gasto previsto, 42 se lo llevarán las pensiones, siendo las siguientes partidas más importantes la deuda pública, 8,6 euros, y el gasto por desempleo, 5 euros. La primera de estas cifras pone de manifiesto de nuevo el riesgo que amenaza en el futuro a la Hacienda Pública si se practica la demagogia con las pensiones.

Aunque la composición del gasto básicamente se vaya a mantener, las previsiones realizadas por el Gobierno pecan de optimismo. La recaudación por IRPF se contempla crecerá un 5%, el IVA un 11,7% y el de sociedades un 14,1%.

La recaudación por sociedades es posible que se aproxime a lo contemplado, dado que el Gobierno ha fijado en el 15% el tipo mínimo del impuesto para grandes empresas, que se amplia al 18% para petroleras y banca. Sin embargo, las otras grandes partidas de impuestos estarán sometidas a la evolución general de la economía española, que no va a ser tan expansiva como se ha previsto, a pesar de la revisión a la baja del crecimiento del 2,3% al 2,2%.

La demanda nacional se contempla como el motor del crecimiento. Sin embargo, la Formación Bruta de Capital, todavía en una senda elevada, va a reducirse debido a las crecientes incertidumbres internacionales..

Al mismo tiempo, las importaciones van a continuar a un ritmo dinámico, debido a la todavía relativa fortaleza de la demanda de consumo privada.

Igualmente, esas incertidumbres van a generar un menor crecimiento de las exportaciones. Estos días pasados, hemos conocido la caída de las exportaciones chinas del 7% durante el mes de diciembre -una medida de la debilidad del comercio a nivel mundial- y, al mismo tiempo, una caída de las importaciones del 2%, un indicador de la debilidad interna del gigante asiático. Igualmente, el indicador de sentimiento de las empresas en Alemania, ha entrado en una fase recesiva.

A la negativa evolución de esas dos grandes economías, se le suma la recesión italiana, el estancamiento de la economía francesa y la debilidad y tendencia también negativa de la economía británica causada por la amenaza del Brexit.

El gasto público no financiero crecerá un 4,4% Solo con una expansión aún mayor del gasto, podría el gobierno cumplir con los objetivos de crecimiento. Pero esa expansión está restringida por los compromisos adquiridos con Bruselas de reducción del déficit y de la deuda pública.

Más AVE, levantamiento de peajes, transferencias a las comunidades autónomas, después de muchos años de penurias, más dinero para pensiones, recuperar algo la caída en el gasto en I+D. Muchas presiones sobre los Presupuestos, que siempre son limitados. Sin una mejora del entorno internacional, difícil de satisfacer.

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