Análisis

José Ángel González

La ocasión la pintan calva

El Decano parece estar abocado a pelear hasta el final por el ascenso

Llegó el momento de la presión. La buena. Esa que te revuelve el estómago ante el miedo de perder la oportunidad pero a la vez te llena el pecho de ilusión y ganas por alcanzar la ansiada meta. Es el instante de lo nervios buenos, los que gustan, que te dejan entrever que el camino es el correcto y que el viento sopla a tu favor. La hora de los valientes. El momento de los que han llegado hasta aquí con tesón, trabajo y esfuerzo y no pueden dejarse nada por dar porque ya demostraron, cuando más difícil era, que son capaces de conseguir lo mejor.

El Recreativo de Huelva, llegada esta hora, con nueve partidos y alguno más por delante, debe plantarse delante del espejo y mirar que no está solo; que puede permitirse el lujo de caerse porque hay miles de recreativistas dispuestos a levantarlo de nuevo.

Tal y como se ha dado la temporada, con todo lo vivido y lo conseguido, el Decano parece estar abocado a pelear hasta el final por el ascenso. La ocasión la pintan calva. El refranero español nos dice que las oportunidades se deben aprovechar cuando se presentan, ni cuando se desean ni cuando se sueñan.

El Recreativo tiene ante sí la oportunidad y tiene la obligación de aprovechar y disfrutar de la buena dinámica que le acompaña. El deporte luego, con sus pequeños detalles azarosos, le dará un sitio al final. Pero las buenas coyunturas ahí están, dentro y fuera del terreno de juego.

El domingo se pudo perder, también se pudo ganar. El domingo se empató. El Recreativo de Huelva aprendió que las fiestas deben estar siempre de cristaleras afuera nunca hacia dentro. El Decano escuchó el aliento de un viento albiazul al que debe colocar la vela para surcar en buena dirección esta nave que cuenta casi 130 años de historia.

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