Análisis

fernando faces Santelmo Business School

La inflación amenaza la competitividad exterior

En el mes de diciembre la creciente brecha de inflación de España con respecto a la Eurozona alcanzaba el 1,7%. Desde el mes de febrero de 2021 los precios de la Eurozona se han disparado desde el 0,9% al 5% anual en el mes de diciembre. Es la consecuencia de una crisis energética sin precedentes: subida de los precios de todas las materias primas, disrupciones en la cadena de suministro y cuellos de botella globales. En España en el mes de noviembre los precios industriales aumentaban el 33,1% y el índice de precios al consumo alcanzaba el 6,7%. La más alta en 30 años y muy por encima de la media de la Eurozona ( 5%), de Alemania (5,7%), de Italia (4,2%) o de Francia (3,2%).

España no solamente ha sido la más castigada de toda la Eurozona por la crisis en términos de PIB (-10,8%), también de las cinco grandes potencias ha sido la más afectada por la inflación. Desde el mes de diciembre de 2020, en el que la inflación y la brecha de inflación eran negativas ambas, han ido creciendo hasta alcanzar el 6,7% y el 1,7% en diciembre de 2021. La mayor dependencia energética externa de España es la principal causa de su perversa evolución. Una brecha que ha ido creciendo durante los últimos nueve meses y que puede continuar en los próximos. Cada vez son menos los analistas que avalan la afirmación del BCE de que estamos ante una inflación transitoria. La transitoriedad, cuando es muy prolongada, puede convertirse en estructural si acaba afectando a todos los precios y salarios.

La evolución de la brecha de inflación acaba afectando a la competitividad de las exportaciones de bienes y al turismo. El tema es grave ya que los motores principales de la recuperación están siendo el consumo, el turismo y las exportaciones,de las que el 62% tienen como destino la UE- 27 .Francia, Italia y Alemania absorben una tercera parte de todas las exportaciones. Ante esta situación las empresas españolas tienen dos alternativas: trasladar los incrementos de costos a precios y perder competitividad y cuota de mercado en el mercado europeo; o bien no trasladar el incremento de costos a precios y reducir sus márgenes de beneficio. Este escenario es trasladable a la demanda interna. Las empresas se encuentran con graves dificultades para trasladar el aumento de costes a unos consumidores empobrecidos. La realidad es que las empresas españolas todavía no han trasladado en su totalidad los incrementos de costos a los precios del consumidor. España es el sexto país de la Eurozona donde mayor es la diferencia entre la subida de los precios industriales y los precios de consumo. En este escenario los márgenes de las empresas podrían caer significativamente. El incremento de la facturación podría no llegar a compensar la caída de los márgenes de beneficio. La salud financiera de las empresas estaría amenazada. Al final la mayoría de las empresas se verán obligadas a trasladar los incrementos de costos a precios. Según una reciente encuesta del Banco de España el 50% de las empresas lo han iniciado en 2021 y el resto lo harán a lo largo de 2022.

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