Un equipo normal hubiera liquidado el partido del domingo de manera sencilla. Uno o dos tantos a favor, de esos que pudieron llegar en varias ocasiones, un triunfo no ya reparador -la debacle del descenso no se cura ni con una segunda fase inmaculada- pero sí apaciguador… y a seguir peleando. Pero no, este Recre no es un equipo normal; es una calamidad. Lo fue desde el principio de temporada con aquella copa tirada ante un Tercera, lo fue hasta en algunas victorias, lo viene siendo fuera del Colombino de manera irritante de forma perpetua, lo fue cuando a un entrenador sentenciado en Navidad le dieron más vida de forma inexplicable, lo fue el curso que menos se podía fallar y no se le reforzó pese a las evidentes carencias, lo fue con Calle en la grada, lo fue con Calle en el banco y lo sigue siendo ahora con Pouso (¿de verdad no había nadie un poquito más cercano -en todo- para el puesto?). La mediocridad no cesa y la tumba sigue aumentando sus dimensiones.

Decíamos tras las derrotas consecutivas ante Cádiz B y Marbella que esto parecía no tener fondo y que, desde ese mismo momento, quizás el Ayuntamiento debía ponerse en el peor escenario posible. Y ese capítulo es justamente éste: una afición desolada y hartísima (con razón), unos jugadores manifiestamente incapaces que siguen cayendo en la tabla, un consejo que cada día ahí dentro se convierte en una losa para sí mismo y para el irrecuperable ambiente en torno al club… Porque sí, este desastre deportivo, justa o injustamente, engulle cualquier otro hecho en otras esferas, y eso sólo tiene el camino de un giro radical. Un buen amigo, destrozado ante tanto desastre, me llamó tras el gol del Yeclano para contarme que una persona que jamás ha sido futbolera ni abonada del Decano le aseguró que, aun así, le dolía tanto la situación del Abuelo que le prometía sacarse el carné el próximo curso porque decía que "al Decano hay que levantarlo como sea". Y me comentaba: "Juanma, mientras que entre unos y otros hunden el escudo la gente de la calle dará la talla, como pasó siempre. Los que nos han llevado hasta aquí no se merecen esta fidelidad, pero ahí estará Huelva con su Recre otra vez; por eso a mi equipo y a mi gente no la cambio por nada". Así es, amigo. Esos son los únicos que aquí no pueden ni deben cambiar.

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