Cuánto ha cambiado la acogida hacia las series que transcurren en hospitales. Lejos quedó la época en la que Hospital Central y Médico de Familia presumían de ser las ficciones de más éxito. Por diferentes razones lo de los médicos ya no atrae tanto. Al menos si se trata de algo hecho en nuestro país. Si no teníamos suficiente con Centro Médico (que por cierto menos mal que ha desaparecido de la programación de La 1), la cadena pública estrenó hace unas semanas Hospital Valle Norte. Se emite los lunes por la noche. Hay que ser valiente para programar una serie frente a La Voz en Antena 3 y ahora Got Talent en Telecinco. Aunque tratándose de RTVE tampoco hay que extrañarse tanto. Sus estrategias con la ficción son de todo menos coherentes.

Pero el problema no es solo la competencia. Porque si el producto fuera una maravilla, seguro que su número de espectadores sería mayor que el que ha tenido durante los tres capítulos que ya se han emitido o al menos recibiría mejores críticas. Tan solo hay que ver lo que sucedió con El Ministerio del Tiempo. El problema es que se trata de una serie mala que quizá hace veinte años hubiera tenido buena acogida. Y mira que cuenta con un elenco de actores que han trabajado en ficciones de éxito. Qué desaprovechados están Alexandra Jiménez, José Luis Gacía Pérez, Juan Gea, Gorka Otxoa o Sergio Mur. Se nota que ellos hacen lo que pueden.

Pero cuando la historia es totalmente previsible y aburrida, no hay donde rascar. En una serie médica además de en las tramas personales debe haber implicación del espectador en las tramas médicas. Y aquí no la hay. Cuando a los personajes les sucede algo o deben enfrentarse a situaciones desagradables en el hospital, no se logra transmitir esa sensación de angustia o emoción. Esto sucedió desde la primera escena del primer capítulo. Una avioneta echó a volar y no hizo falta más para saber todo lo que estaba por llegar. Lo mismo sucede con las historias personales. Nada más conocer a los personajes es fácil adivinar quién terminará con quién. Hoy en día, teniendo en cuenta que hay multitud de opciones de series médicas, es normal que los espectadores se decanten por otras que sí tienen esa intriga y esa empatía que aquí brillan por su ausencia. Lo de los fallos médicos es lo de menos. Los hay, pero si lo demás estuviera bien hecho pasarían algo más desapercibidos.

Lo único bueno que hay que destacar de Hospital Valle Norte es que han introducido elementos actuales como los grafismos que aparecen cuando alguien utiliza un dispositivo tecnológico. Pero teniendo en cuenta la pereza que da todo lo demás se queda en anecdótico.

Hay que reconocer que RTVE lo intenta. No sucede como en otras cadenas como Canal Sur en las que apenas apuestan por series andaluzas. Pero no es suficiente con intentarlo. Hay equipo humano suficiente, válido y con ganas. Lo que ocurre es que cuando la intención es salir del paso y dar trabajo a productoras amigas sin importar la calidad, el resultado puede ser incluso peor que si no lo intentas.

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