Puente del Pilar, días para escaparse. Sin embargo, la llamada del Recreativo se comió todo eso. Increíble. Otra vez más de once mil personas en el Colombino. La tarde echaba gusto a las citas de antaño. Trasiego de miles de personas en los aledaños del estadio buscando el disfrute con su equipo. Y algunos comentarios fuera: "hoy ganamos". Y llegó el chasco. Porque hay formas y formas. Incluso hay triunfos que te dejan mal cuerpo. El empate del Decano ante El Ejido fue como perder por goleada.

Hay partidos en los que no sale nada. En eso lleva razón el entrenador. Y hay días en los que es mejor no salir de casa. Donde no la tiene Casquero es en decir que pensaban que el partido no iba a precisar mucha elaboración y por eso dejó a De Vicente en el banquillo. Es el partido que nunca se juega. Y opinar a toro pasado es lo más ventajista del mundo. Pero un entrenador no puede decir eso, porque el fútbol, la propuesta, nace de la elaboración y él tiene plantilla como para intentarlo. Además, creo en un modelo que pase por llevar iniciativa e imaginación. Si fijamos personalidad en función del contrario, mal vamos.

Se espera que todo haya quedado en un mal día. Pero haría bien el entrenador en no disculpar tanto una mala actuación de sus futbolistas. Y debería incidir con los laterales. Hasta el momento casi todo ha dependido del aspecto individual de las bandas, de los goles de Boris o de los golazos de Rafa De Vicente. En el fútbol moderno la importancia de los laterales es vital. Y los del Recre, al menos el otro día, resultaron inocuos, planos, sin fundamento, sin pasar el centro del campo y cuando lo hicieron eran extraordinariamente previsibles. A todo eso hay que sumar que las bandas se abren tanto, cierran tan poco que tapan posibilidades de superioridad en los costados. Y, o eres Garrincha o todo no te sale.

Fue un gatillazo en toda regla de principio a fin. Alineación y cambios incluidos. Y fotografía fija. Porque algunos piensan que esto es un retiro dorado y se equivocan. En el entrenador está tomar cartas en el asunto. Porque si no lo hace, entonces el fotografiado será él.