Análisis

mANUEL cAMACHO

El fútbol y el palacio

Cuando esto pase debe nacer un Recre muy diferente al que hemos vivido en los últimos años

Lo decíamos hace tiempo y el paso de los meses lo confirma todo. "Lo más importante es lo deportivo porque sin equipo no hay club y sin club no queda nada", escribíamos. Las tres semanas consecutivas puntuando por parte del Recre le han echado cloroformo a la actualidad del club, es como si lo hubiera anestesiado todo. Pero caeríamos en un error imperdonable si no va de la mano la actuación en otros órdenes de la entidad albiazul conforme el equipo sigue dando la cara.

Se sabe lo de las cosas de palacio, pero hasta cierto punto. Son tantos los temas que hay que arreglar que da la impresión que al año le faltarán días para poner el tema en perfecto estado de revista. Mientras el equipo hace perfectamente su trabajo bajo las mínimas condiciones para llevarlo a cabo, sigue sin saberse en qué estado está la hoja de ruta, el tema con Hacienda y la posibilidad de venta. Recuerdo que estamos en marzo.

Como ya hemos dicho otras veces no se duda del trabajo que se está realizando en bambalinas. Y mirando la cara de los responsables políticos y analizando sus frases, transmiten tranquilidad, por lo que se deduce que el plan B tiene buena pinta. O eso queremos creer. En todo caso, cuando esto pase, y se espera que pase bien, debe nacer un Recreativo totalmente diferente al que hemos vivido en los últimos años y échenle tiempo atrás. Si esta entidad quiere darse golpes de pecho en señal de la importancia que tiene, entonces no vale nada de lo que ha hecho hasta ahora. Su afán de supervivencia le ha sostenido. El afán de supervivencia de su afición. Habrá que coger la escoba y al que le dé que perdone. El Recre ha vivido en el parche permanente y en los favores según el nombre y persona. Y eso se tiene que acabar. "El hombre que olvida la historia está condenado a repetirla". Y tal cual el sufrimiento prolongado no habrá cuerpo que resista otra igual. Todo esto esperando que el Recre agarre la escapatoria de la salvación en el más amplio sentido de la frase. Tiempo al tiempo y hojas de almanaque, que el padre del niño del cuento tiene el corazón encogido.

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