Análisis

Manuel gómez Marín

El engranaje copero frente al desencanto de la Liga

Queda en la hemeroteca la final histórica de Elche en junio de 2003 tras el pase en El Sadar

Si en la Liga el Recreativo tiene que jugarse la vida cada semana para justificar el propósito de enmienda por su comportamiento irregular, la tercera eliminatoria de Copa del Rey frente al Atlético Osasuna es un tránsito para que Monteagudo gestione una plantilla que emite señales intermitentes con un dispositivo que enciende y apaga con periodicidad las constantes vitales de un equipo que no mantiene sus valores dentro de ciertos límites para los intereses del club y el desconsuelo del recreativismo.

La opción soñada del Decano de un rival de la élite de Primera no fue posible en su ciclo copero para cerrar con superávit el ejercicio económico. Ahora delante uno navarro tosco y obrero, sin la fuerza para atraer de golpe el entusiasmo del Nuevo Colombino. Dada la situación del equipo de Jagoba Arrasate, sólo una victoria en los últimos ocho partidos, sin chispa y contundencia, su exigencia es mayor por el deseo vehemente de pasar a octavos a partido único como incentivo a su condición de favorito y sus razones convincentes de satisfacer a su desencantada afición.

Este Recreativo alejado de sus motivos ligueros a ejecutar, menos descansado y poca disponibilidad de resolver necesidades, tampoco descarta la sorpresa de otra ronda y el rédito de disfrutar la recompensa de esa minoría selecta de Primera que lo soluciona todo. El Atlético Osasuna no trae buenos recuerdos, dos veces envió al Decano a Segunda B, pero queda en la hemeroteca la final histórica de Elche en junio de 2003 tras el pase en El Sadar. El dilema recae si este Recreativo desnaturalizado y sin norte, que debe prestar máxima atención a la Liga -la victoria obligada en Talavera es de alto contenido anímico y valor aritmético- se siente capaz en el foco mediático copero en el reparto de sus recursos físicos y mentales. Veremos si el triste Monteagudo y sus apenados jugadores se han vuelto confidentes.

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