El Íbex 35 suma su segunda jornada en rojo y se aleja un poco más de los 9.000 puntos, cerrando en 8.865,70 (-0,68%). Viejo conocido es ya el temor por el repunte de contagios de la variante delta del coronavirus, pero aparecen ahora nuevas incertidumbres, como la ralentización de algunos de los datos macro conocidos en las últimas jornadas o las tensiones geopolíticas generadas en Afganistán.

No ayuda tampoco el dato de ventas minoristas de julio en EEUU, con una caída de 1,1%, por encima de la proyectada, lastradas en gran medida por las ventas de automóviles. Algo mejor fue el dato de producción industrial, que crece +0,9%, por encima del +0,5% estimado.

Todos estos datos se miran con lupa, ya que pueden ser pistas fiables sobre el momento en el que la Fed comenzaría a retirar las medidas expansivas. Y más si tenemos en cuenta que es una semana relevante, con la cita de Jackson Hole a la vuelta de la esquina.

En el Íbex 35 solo unos pocos valores estuvieron en verde, y sorprende que sea Almirall el más bajista (-3,51%), después de haber ocupado ayer la posición más alta (+7,64%) a raíz de la presentación de unos resultados positivos de un fármaco para la dermatitis atópica en sus ensayos en Fase III. Bancos y valores turísticos son también los más perjudicados, y solo Cellnex y Pharma Mar han subido con cierta solidez (más de un 2%).

En el mercado de deuda, el bono a 10 años estadounidense se mantiene estable en torno al 1,22%, el español ronda el 0,2% y el bund se sitúa en -0,49%.

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