El cartel de presentación del partido de San Fernando contiene unos antecedentes taxativos tras la pasada jornada: el equipo de la isla ganó y convenció en El Palmar, donde según los entendidos era muy difícil por la manera de jugar del Sanluqueño, y el Recreativo ganó y sembró más dudas en el Nuevo Colombino frente al filial de Las Palmas. Pero, al final las ganancias son idénticas, pese a la frustración: tres puntos y sacudida de un lastre psicológico.

A Claudio Barragán se le está atragantando elegir el perfil adecuado de un Recreativo que mantiene unas exigencias deportivas por su estatus muy diferente a otros rivales, además que su masa social ya trabaja remando con continua fatiga y gran afán para impulsar con su aliento que la embarcación no se hunda en las aguas profundas. El técnico valenciano, persona de club y aplicado en allanar y prevenir dificultades, trata de evitar el desánimo de sus jugadores si contactan con el ruido del entorno y que prive a la afición de la esperanza.

Este subgrupo marca una ruta alterada bajo el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades de aquellos que también pregonan su favoritismo por presupuesto y plantilla. Tres puntos separan a los ocho primeros, que obran en este estado de vigilia conscientes de lo que rodea a la competición. El San Fernando es uno de los tres clubes de los 102 de la categoría con entrenador extranjero, el serbio Jovan Stankovic, conocido como jugador en España, pero debutante de primer técnico. Una entidad que desea rentabilizar esta revolución de Segunda B. Y delante un Recreativo pendiente de definir un estilo estable, que necesita el crédito de sumar otra victoria que disminuya su estado de ansiedad y aumente su autoestima. Todos anhelamos un Recreativo con más energía, más fuerza y más agresividad partiendo de una estructura de juego cohesionada y en el camino de saber qué hacer con el balón.