Escribir ahora sobre cómo será el Recreativo de Huelva del futuro es meterse en un berenjenal. Lo importante es que un empresario ha dado un paso al frente y eso provoca apertura de perspectivas. Si se confirma todo nacerá un nuevo Recreativo. Será una cuenta nueva, un mundo por descubrir. Y es curioso que con 127 años de vida, tengas que aprender a andar de nuevo.

Pongámonos en la nueva situación. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en el mismo sitio. Los que aterricen en el Decano vendrán con una hoja de ruta identificativa del nuevo proyecto. Se prevé años duros, de ajuste, sin dejar de lado el crecimiento deportivo, pero con matices. Y el aterrizaje de los nuevos rectores traerá consigo cambios sustanciales porque lo que había no ha funcionado, luego es lógico que el que pone el dinero haga las cosas a su forma y manera.

Pues bien. Ya se escuchan voces en defensa de algunos que no han dado la talla pero como son de Huelva hay que mantenerlos. Increíble la retahíla. Y digo yo. ¿No pretenderán algunos decirle al que pone el dinero a quién tiene que poner y cómo tiene que hacer las cosas? Lo único que hay que hacer ahora es estar vigilantes, pero aplaudir la iniciativa, que seguramente tenga detrás otros intereses porque nadie cambia duros a cuatro pesetas. Y menos en los tiempos que corren.

Lo primero que hay que hacer es pagarle a la gente lo que se les debe. Lo de antes y lo de ahora. Porque 'mucho te quiero perrito pero pan poquito'. Todo indica que la famosa escoba que se reclamaba está a punto de llegar al Nuevo Colombino. Porque una cosa es que no se le pague a la gente y otra bien distinta es que sigan aquellos que no están en la capacidad para estar dentro. Amplitud esta a todos los niveles del club. Tiempo nuevo, pues. Y lo esencial es que hayamos aprendido de los errores que casi entierran al Decano. Ahora hay que darle la mano para que aprenda a andar. Ya tendrá tiempo de salir corriendo.