El compromiso del colectivo debe prevalecer para el equilibrio entre la solidez defensiva y la escasez de goles por disponer de una producción menor de un aspirante dentro de la competitividad. Un equipo está compensado en el domino de las dos áreas. Al margen de las circunstancias adversas como largas lesiones o el desgaste por veteranía, saco a relucir una columna que escribí durante la pretemporada donde incidía en la conveniencia de que el Recreativo dispusiera de cuatro delanteros natos para la estabilidad eficacia-contundencia de sostener el reto del ascenso directo, que es el objetivo prioritatio, además provocar la atención de ser la referencia a batir de los rivales.

Y el presente pasa factura los graves percances de un Juan Delgado inédito (último partido el 11 de agosto ante el Cruceño) y el goleador Dopi para quedarse solo con el argentino Pablo Caballero (36 años) hasta la incógnita de la activación del mercado de invierno poniendo el punto de mira en la diana y acertar en las elecciones de un par de relevos ejecutores. Sin estos recursos vitales ofensivos, la adaptación de alternativas temporales solidarias internas para cubrir un puesto tan exigente obligaría a modificaciones tácticas que podría afectar al rendimiento global. Todos tienen que arrimar el hombro por la cuenta que le trae al Decano en los cuatro exámenes antes del descanso navideño. El primero será frente al Sevilla Atlético, penúltimo (7 puntos de 33) tras ser colista hasta la pasada jornada, que ha perdido en sus cinco salidas, que cesó a su primer técnico (Alejandro Acedo) hace un mes y su sustituto, Antonio Hidalgo, trata de sacarlo del pozo (cuatro puntos de 12). El detalle del Recreativo es que su freno en el Nuevo Colombino han sido dos filiales (Betis y Cádiz) y está en alerta máxima para evitar un tercer susto en plena progresión ascendente con valoración general positiva como bloque. Nunca sentirse cómodo.