Los 127 años de historia del Recre están jalonados de fechas emblemáticas y simbólicas, de gestas y tropiezos que construyeron una leyenda eterna que perdurará otros 127 años más, pero de todas ellas hay una reciente que sigue vigente y fresca por su trascendencia, a la que debe su última salvación. Hoy hace un año de un punto de no retorno. Una llamada angustiosa salió de dentro del club. Sus trabajadores tomaron el mando para trasladar a Huelva una súplica que evitase la muerte. La respuesta decidida del recreativismo la evitó.

Si hace un año el Nuevo Colombino no hubiese reventado hasta la bandera, difícilmente se habrían dado después tantos pasos. Sin la prueba fehaciente del compromiso de toda la ciudad algunos movimientos hubiesen carecido de la fuerza que tomaron en las semanas y meses siguientes. 20.000 personas en las gradas y muchas más en las calles se ganaron una respuesta de todos los estamentos de la sociedad onubense. Sólo hay que ver cómo languidecen otros clubes precisamente por la falta de ese respaldo social recreativista. La presión de esos llenos consecutivos trascendió los propios partidos.

Si hoy hay partido en Mancha Real es la consecuencia directa de todo lo que se comenzó a reconstruir el 19 de marzo de 2016. Un año después basta con echar la vista atrás para analizar el camino recorrido. La recuperación albiazul es lenta y por momentos tortuosa, aunque sostenida. Cada mes que pasa se da un paso más. Una veces pequeño y otras de gigante, pero siempre hacia adelante. Habrá quien considere que se avanza poco o quien alimente la duda alrededor del proceso. Sólo hay que mirar un año hacia atrás y comparar.

Ahora nos vendría bien que al menos sobre el césped se supere de una vez por todas la angustia y ganar una tranquilidad clave para lo que se avecina fuera de él. Dentro de un año volveremos a mirar atrás.

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