El Recreativo muestra de inicio su seña de identidad teniendo las ideas muy claras. Sólo ha hecho enseñar sus cartas credenciales, que procede a un equipo acorde a sus expectativas porque su envío de ambición, que se incluye en la baraja, es jugarse el todo por el todo sin estar indeciso en el juicio de sus propósitos. Pero, hay que matizar que esta quinta categoría destacará más por las respuestas de ser un equipo práctico y resolutivo que la exigencia de exhibir un fútbol de superioridad, que en origen tendría más repertorio en el Nuevo Colombino, donde tiene que hacer patente su efecto real de poderío.

Y es que es necesario evitar el exceso de optimismo y de manera paralela la relajación si en algunas fases renta este favoritismo. A la salida del partido frente al Ceuta B, un seguidor entusiasmado por la imagen fresca del equipo me dice: "Tiene que poner usted en el periódico que con el apoyo de esta masa social hay que estar ya ascendido en la primera vuelta". Y queda mucho por delante de una liga desconocida para todos con situaciones complicadas y emboscadas en campos hostiles.

Todos los rivales del grupo X de la Tercera RFEF tienen señalados en su calendario el partido frente al Recreativo como la cita más esperada e ilusionante de la temporada, como la mejor medicina de una valoración positiva. Ciudad de Lucena, un equipo transformado en su sexta campaña en Tercera y sólo 13 años de existencia, resta su presión como el Utrera y espera al Decano pleno de fogosidad, el estado de ánimo excitado con el provecho de su campo de césped artificial. Alberto Gallego siempre analiza al rival de turno como un reto a batir y máximo respeto. No está mal, pero está por delante la autoestima de su equipo, pese a que el Recreativo tenga que competir bajo la opinión general del rey del grupo, saber sufrir y trabajar mucho más que el oponente, dado que afrontará un examen cada jornada.