Análisis

José Ángel González

Perdido en el laberinto albiazul

No parece que haya ningún plan para el futuro, más allá que ir capeando el temporal

Tremendamente cansado está el recreativismo de los problemas económicos que sufre el Decano. Cuando no se ha salido de uno llega otro. Y si todo parece que puede arreglarse se vuelve a las andadas. El susto en el cuerpo nunca desaparece en una afición que comienza a taparse los ojos en materia administrativa.

El último episodio vivido, con el pago tardío de la cantidad pactada con la Agencia Tributaria, es una muestra más de lo difícil que está sacar adelante la nave albiazul. La alerta es constante. Y desde dentro, todo hay que decirlo, no parece que nadie quiera dar explicaciones o aclaraciones de cómo y qué se va a hacer para acudir a los pagos necesarios que aseguren cierta estabilidad.

Yo, como muchos de los aficionados, no entiendo el reparto de responsabilidades en el club. Hasta que nadie me demuestre lo contrario, supongo que sigue en pie el contrato por diez años (quedan nueve) con Eurosamop para la gestión del Decano. ¿Van a cobrar por ese trabajo? ¿El pago de las deudas corresponde al gestor? ¿Tienen solo responsabilidad deportiva? No sé, ya me he perdido en este laberinto tripartito en donde tampoco puedo situar al consejo de administración. ¿Hasta dónde tiene margen de maniobra para tomar decisiones?

Nada parece claro, aunque se respire calma chicha. En esas tinieblas que asedian al Recre, el recreativismo se siente muy desconcertado. No parece que haya ningún plan para el futuro más allá de seguir capeando el temporal como se pueda. Esa es una estrategia de riesgo porque, algún día, una ola nos sorprenderá y nos volverá a arrastrar hasta el fondo.

Espero que desde dentro, si lo pueden hacer, alguien hable y deje bien a las claras qué parcela corresponde soportar a cada pata del banco. Y ya después, cada cual que aguante su vela.

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