Análisis

Fernando faces

Santelmo Busisnes School

Paro y déficit, la amenaza de 2020

El incremento del paro y el déficit público son las dos amenazas más importantes de 2020. El año 2019 ha sido el peor año desde que se inició la recuperación. Por primera vez, entre septiembre y diciembre de 2019, el número de desempleados, en términos desestacionalizados, aumentó en 19.000 personas, según BBVA Research. La primera subida trimestral del paro desde el año 2012. Las causas fueron la desaceleración de la economía hasta el 1,9%, el incremento de la población activa por el aumento de la emigración y el deterioro de la confianza de consumidores y empresarios. En 2019 la creación de empleo fue un 32% inferior a la de 2020. La reducción de la capacidad de creación de empleo afectó a todos los sectores, especialmente a la construcción (-64%) y la industria (-25%). La previsión de Funcas es un fuerte aumento del desempleo en enero. El temor es que esta tendencia continúe a lo largo de 2020.

Siendo el crecimiento y la creación de empleo el primer objetivo del Gobierno, Pedro Sánchez tendrá que conciliar las dos almas del Gobierno y establecer prioridades: primero garantizar el crecimiento inclusivo y la creación de empleo, para a continuación desarrollar la agenda social. Y lo más importante, no es el momento de derogar la Reforma Laboral de 2012 con la que España ha sido capaz de crear empleo a partir de un crecimiento del PIB del 1% , cuando antes se necesitaba el 2%. Se pueden suprimir los aspectos laborales más lesivos, pero no eliminar aspectos fundamentales como la prevalencia del convenio de empresa, la ultraactividad de los convenios o el coste del despido, entre otros. Cuando la economía ha empezado a destruir empleo la derogación de la reforma puede ser letal.

La segunda amenaza para 2020 es el incremento del déficit y la deuda pública. En 2019 el déficit público ha cerrado por encima del 2% del PIB. El objetivo exigido por Bruselas era del 1,3%. Un año perdido de consolidación fiscal .Para el año 2020 el compromiso con Bruselas es reducir el déficit hasta el 0,5 del PIB y conseguir el equilibrio presupuestario en 2021. Objetivo inalcanzable si tenemos en cuenta los gastos ya comprometidos: aumento del salario de los funcionarios, revisión de las pensiones con el IPC y otros que podrían superar los 30.000 millones de euros. La negociación con Bruselas de un aplazamiento va a ser muy difícil. La gran preocupación de Bruselas es el déficit estructural del 3% del PIB, el más alto de la Eurozona. Los gastos comprometidos son casi todos permanentes y aumentarán el déficit estructural. Nadia Calviño vicepresidenta de Economía, que fue directora general de Presupuestos de la de la Comisión Europea, va a tener que poner a prueba toda su credibilidad para conseguir una nueva senda presupuestaria, que acarreará nuevos compromisos.

Pero lo más difícil será conseguir la mayoría parlamentaria para aprobar tanto el techo de gasto como los Presupuestos, en un contexto de hostilidad entre Gobierno y oposición y nuevas exigencias de los independentistas. Sin Presupuestos la legislatura sería corta, estaríamos abocados a unas terceras elecciones y expuestos a una nueva recesión.

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