Análisis

Manuel gómez Marín

El Nuevo Colombino necesita una alegría por su fidelidad

Ha bastado el vencer por la mínima en El Ejido para activar otro brote de esperanza

El cuerpo técnico y los jugadores han podido comprobar con los exámenes de cada jornada a las exigencias que se enfrenta el Recreativo por su calado histórico y por la urgencia de recuperar el crédito hacia el atractivo del reto del ascenso. La irregularidad del equipo se palpa en tiempo oportuno desde el interior y preocupa en el exterior, siendo una transmisión directa al recreativismo. Y esta acción y efecto ha sucedido entre la exaltación de optimismo de la puesta en escena hasta el parón de quedarse gripado el engranaje.

Pero, ha bastado el tercer triunfo por la mínima en El Ejido para activar otro brote de esperanza tanto en la afición, que se agarra a cualquier detalle positivo para forjarse ilusiones, como la creencia del grupo que controla Salmerón para sostener que la línea de trabajo es la correcta. La Segunda B es una categoría traicionera, de reacciones y bajones imprevisibles más perjudiciales de lo que parece, que cada partido causa la congoja en la misma proporción que sube los ánimos que hace moverse mejor a los jugadores.

La ruta más directa para crecer en confianza y atrevimiento en el juego es la estabilidad en campo propio, que es el punto vulnerable del Recreativo desde hace muchas temporadas. Y en la actual, la única victoria fue en agosto. Y esa seguridad que se tiene en sí mismo depende de la ambición del colectivo y la eficacia ofensiva cuando existe consistencia defensiva. El exiguo balance goleador se concentra en tres canteranos: Caye Quintana, Víctor Barroso y Alberto Quiles. Ni la segunda línea, ni los fichajes a propósito todavía no han aparecido en el área rival. Cada fase de la Liga surge el momento de impulso, que ahora llega con la presencia de un temido Almería B sin puntuar fuera, que es opción para repetir por segunda vez dos triunfos, que postule al Recreativo con llamada de atención de que quiere y puede en su estimulación.

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