La Heroica, como ha llamado el Decano a su segunda vestimenta para la próxima temporada, parece todo un acierto. Evocar un pasado glorioso como aquel temporadón en Primera, rendir homenaje a los pueblos de Huelva y, de forma especial, a quienes nos abandonaron tras ese inolvidable y fatídico 20 de diciembre (que costó cinco víctimas mortales y no cuatro, como se ha repetido recientemente), está acorde con la clase que se le supone al equipo más antiguo de España. Eso sí, en el círculo recreativista en el que me muevo prevalece la opinión de que no se entiende demasiado que el traje de gala del Decano no sea más fiel a la historia albiazul, mientras que ya en la piel reserva se experimente lo necesario (hasta ciertos límites, claro). Tras el exitazo de la zamarra del 130º aniversario y su enorme repercusión uno pensaba que por ahí irían los tiros de forma habitual, pero ya saben: para gustos, los colores. De todas formas, si en el siguiente curso se consiguen los objetivos seguro que recordaremos con cariño cualquier prenda lucida por los nuestros.

Pero más importante que La Heroica será que se conviertan en verdaderos héroes quienes la van a portar. Alguien soltó en las redes aquello de "a mí la camiseta del Recre que más me gusta es la que está empapada de sudor", sentencia que no es irrelevante teniendo en cuenta ciertas declaraciones que trataban de justificar el desastre deportivo de la pasada temporada. Sea como fuere, el entorno de la entidad albiazul sí que está repleto de titanes; desde los ciudadanos que la sostienen hasta los miles de abonados que ya han dado el paso al frente, asunto que merecerá un apartado especial. Y HÉROES, con las mayúsculas más grandes posibles, son los que cada verano luchan contra ese fuego traidor que sigue destrozando tesoros de Huelva. Que los que pueden y deben tomen todas las medidas y surtan de todos los medios necesarios antes, durante y después, que aquí llevamos arrastradas demasiadas penas como para ver nuestra preciosa tierra envuelta en cenizas. Por cierto, es curioso comprobar cómo los que utilizan cualquier excusa para eludir responsabilidades por la terrible gestión de la pandemia crucifican ahora a los mandamases de esta zona por lo del fuego… y viceversa. A ver si nos aclaramos a la hora de exigir, que tanto veletismo daña los ojos. Ojalá el Decano pueda volcarse con los afectados por las llamas como muchos de ese precioso rincón onubense le apoyaron cuando el Recre más lo necesitaba. Es de justicia la ayuda mutua frente a tanto desprecio y abandono institucional histórico.

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