No sé por qué, pero cuando me siento delante del ordenador para escribir lo que pienso, todo lo vinculo, de una u otra forma, a los duros momentos que estamos atravesando, y hoy me gustaría romper una lanza a favor de los estrenos, y no solo en Semana Santa sino a lo largo de la pandemia. Si hay algo que abre la crítica, destructiva casi siempre, hacia nuestras hermandades es la adquisición de nuevos enseres, preseas, mantos, túnicas e incluso imágenes, que si plata, oro, joyas..., que si Jesús era pobre y no quería riquezas. Críticas y más críticas, aunque también es verdad que esas críticas son siempre de las mismas personas y en los mismos foros, y más en tiempos como los que estamos viviendo, tiempos en los que las necesidades cambian y nuestras prioridades se reorganizan.

Pero sigo pensando que las mismas cuestiones y los mismos pensamientos que nos han avalado antes, siguen estando presentes, vigentes y son válidos en estos momentos. Detrás de cada puntada de una saya seguro que hay familias que necesitan poder hacer su compra semanal. Detrás de cada mínimo y cuidado golpeo de un buril también hay platos de comida que llevan las mismas manos a las mesas de sus casas. Detrás de cada ramo de flores, también hay familias que pagan su hipoteca o el recibo de la electricidad, el gas o el agua. Seguro que detrás de cada cirio encendido también hay familias que compran la ropa de sus hijos. La vida continúa a pesar de los pesares, afortunadamente, y luchar se está luchando y duro, hay que salir adelante pero no estamos en posesión de decidir qué sectores pueden hacerlo y cuáles no. Veo cada día cómo el sector de la hostelería (con toda la razón) se queja de la situación, y los apoyamos; las personas que se encuentran en ERTE lanzan su llamada de auxilio y los apoyamos, apoyamos también a esos pequeños negocios familiares que no saben si podrán continuar un mes más, y debe seguir así, eso no lo dudo, pero por el contrario se habla de un estreno de hermandad ya sale a relucir que solo pensamos en sacar "pasitos a la calle", en gastos innecesarios, acusaciones de que no vemos más allá y en algunas ocasiones pienso que eso es lo que les interesa a algunos, el crear polémica, desunión, la crítica está servida.

Seguro que mi análisis es interesado, partidista y simple, pero es que a veces lo simple es lo que más trabajo cuesta creer. Y sí, sigo pensando que poner en marcha el engranaje y evitar que se pare en un eslabón es misión de todos. Un día leí no sé dónde, que la fuerza de una cadena depende de la fuerza del eslabón más débil, y claro, son de esas cuestiones que uno nunca se para a pensar pero que tienen toda la lógica del mundo.

Y de eso se trata de ver cuál es nuestro eslabón más débil para entre todos fortalecer la cadena que nos une. Una cadena fuerte que no pare el resurgir de nuestra maltrecha economía, una cadena que una a todos por igual y gritemos: Pudimos vencer unidos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios