El Recreativo vuelve hoy ante el Utrera a remover su historia en la Tercera División 47 años y cuatro meses después de abandonarla en mayo de 1974 (grupo IV como primero y Enrique Alés de entrenador) tras seis seguidas de las 27 que permaneció en este pozo sumando nueve campeonatos, entonces con el valor de la tercera categoría nacional. El cambio profundo y exprés federativo ha dejado la Tercera RFEF en la quinta categoría dentro de las catacumbas futbolísticas, inmersa en la encrucijada y muy devaluada, a la intemperie sin defensa económica y por la desigualdad de clubes sin estructuras organizativas debidas.

La revolución del Recreativo deja como imperativo legal el ascenso siendo campeón. Daniel Alejo -que ya concretó en su agenda 15 de los 23 fichajes antes de presentar a Alberto Gallego- es contundente alistado con la fiel afición: "Nada más que podemos aspirar a ser primero" muy exigido por los argumentos de presupuesto, historia y falta apremiante de lo que es menester.

Alberto Gallego, que sabe lo que se juega, no quiere exceso de euforia, dada las limitaciones y las trampas de la categoría y obra de acuerdo a estos conocimientos aceptando el reto de la ambición: "Hay que ir con mucha humildad para no mandar mensajes erróneos". Y su obsesión es poner al Utrera en el podio de favoritos: puntuar ya es un éxito.

El Decano será el Real Madrid como seña de identidad del grupo y tratado como la diana a batir. Ni es sorpresa, ni puede intimidar a la plantilla porque todos, desde el cuerpo técnico al último jugador, saben en qué equipo están y para qué han llegado. Ahora los deseos y los retos hay que ir a buscarlos ¿dónde? Pues a conquistar campos impensables hasta en sueños de éxtasis, equipos desconocidos e ingratos, padecer anti-fútbol y pérdidas de puntos sin venirse abajo. La unidad será la virtud principal de salir fortalecidos en los triunfos y en los desengaños.