Análisis

Juanma G. Anes

Damocles y el 'capitán a posteriori'

Confieso que no sabía muy bien cuándo volver a asomar la cabeza por aquí. Eso de que en tu país haya decenas de muertos cada día (centenares cada jornada hasta hace bien poco) por la maldita pandemia y por alguna que otra negligencia provoca que al que firma aún le sea muy difícil ponerse hablar en este rincón de lo divino y de lo humano, soñar con ascensos, analizar fichajes, reformas futboleras o proyectos en blanco y azul, pero en algún momento había que hacerlo. "Para qué habrá vuelto éste con lo bien que estaba calladito…", pensará alguno; y tampoco le quito la razón.

El caso es que, teniendo siempre presente que todo esto sigue siendo secundario, y con mi más sentido recuerdo a víctimas, familiares y amigos (por cierto, qué país éste en el que un duelo colectivo por miles de muertos también ha estado mal visto por cierto personal), aquí estamos de nuevo. Y lo hacemos ahora que Huelva asoma la cabeza para intentar recuperar lo que fue. Esta tierra se perdió su maravillosa primavera; ojalá esta provincia sea capaz de dar un paso firme en el complicado verano que ya asoma.

Y en medio de este berenjenal, otra vez el Decano en su encrucijada. Si en los últimos años siempre ha sido complicado para El Club salir adelante lo de este curso, con la espada de Damocles de esa liga PRO y un posible descenso sin descender, sin el apoyo de los suyos en la grada hasta sabe Dios cuándo y demás circunstancias, el asunto se las trae. Zambrano, Zamora y compañía van a tener que hilar más fino que nunca porque es evidente que este año no se puede fallar. Reconforta oír al Ayuntamiento asegurar que protegerá la seña de identidad pese a todas las dificultades. Yo imaginaba que ciertos sectores políticos tendrían presentes sentencias recientes para asumir la lógica, pero se ve que no; ellos sabrán. Lo que sí tengo claro es que si yo fuera rector municipal o del Recreativo tomaría a un sabio comité de expertos como asesor para todo lo relacionado con el Decano -sin revelar sus nombres, claro, porque soportarían mucha presión- y, ante cualquier error, me blindaría siempre en el "qué fácil es ser capitán a posteriori", y listo. Porque imagino que todos los que han defendido esa postura con temas realmente vitales no se atreverán a criticar (ni a valorar siquiera) ninguna historia a toro pasado en algo tan nimio como es el fútbol. O igual hay que darle una vueltecita al asunto de la coherencia.

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