Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

'Coronafinanzas'

Las cifras de contagiados y de muertos por el coronavirus no son tan dramáticas. Sólo hay que compararlas con las de la gripe o incluso con las de la simple contaminación del aire. Pero, sin embargo, el pánico se ha desatado esta semana y las Bolsas han afrontado la peor semana desde 2011. Así somos; es la condición humana, tan poco racionales en situaciones como ésta. Ya lo dijo Montaigne: "no hay cosa a la que se tenga que tener más miedo que al mismo miedo". El perjuicio económico que se está produciendo está siendo enorme. Parálisis mundial de personas y también parón global en las cadenas de suministros, por lo que no sólo están sufriendo las compañías aéreas, de viajes, las empresas hoteleras o del lujo sino las de prácticamente todos los sectores. Lo peor es con la debilidad con la que nos coge en Europa, porque, al igual que con los enfermos, el virus se cebará con las economías más vulnerables.

Como en China, que también está pasando un momento de desaceleración económica. Por eso la reacción del Banco Central Chino ha sido inmediata, inyectando liquidez al mercado -equivalente a unos 170.000 millones de dólares- , bajando los tipos de interés y con bastante probabilidad terminará toqueteando los tipos de cambio. Simultáneamente, desde el gobierno chino se anima a las empresas a que emitan coronabonos, esto es, bonos para controlar el virus, con los que las empresas deben comprometerse a gastar al menos el 10% en combatirlo. A cambio, será una deuda muy barata: los bancos estatales los suscribirán sin echar muchas cuentas de precios y riesgos.

En Europa, mientras el coronavirus estaba tan lejos, los efectos aún siendo importantes no comprometían seriamente al crecimiento. Pero ahora que lo tenemos encima, y que está llevando a Italia a bajar ese pequeño escalón que le separaba de la recesión, los mercados reaccionan. El miedo lleva a los inversores a refugiarse en activos seguros: liquidez, oro y bonos estatales de EEUU -con su bono a diez años tocando mínimos el martes- y de Alemania, que ha colocado esta semana bonos a 30 años a una tasa de interés medio del 0,07%.

El BCE estará nuevamente sometido a presión para que actúe en la próxima reunión del 12 de marzo. De hecho, el sector bancario ha acusado esta semana -con fuertes descensos en sus cotizaciones- esta posibilidad de una nueva bajada de tipos en la facilidad de depósito. Y sí, podrán seguir intensificando los instrumentos de política monetaria -los clásicos y los no convencionales- que actualmente se están utilizando. Pero todos ellos están ya desgastados -poco eficaces- de tanto usarse.

Por eso, a saber qué otras medidas financieras pueden llegar a implantarse si el virus avanza y el miedo se desmanda. Claire Jones, desde Financial Times, nos destaca que en medio de los cierres de fronteras y las cancelaciones de vuelos, llega un viaje que, de no ser por el coronavirus, nunca habría sucedido: el helicóptero de dinero. Ha pasado en Hong Kong, donde todos los residentes permanentes recibirán 1.200 dólares; en Macao, que ofrecerá a los residentes vales de compras; y en Singapur, que pagará entre 100 y 300 dólares a cada persona. ¡Lo mismo lo vemos por Europa!

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