Puestos en el análisis más exhaustivo, ahora que ha acabado todo y partiendo de lo que sabemos, que es relativamente poco, de ahí tantas especulaciones, lo que ha ocurrido esta temporada en el Recreativo se llena de decepción por donde quiera que se mire. Hay (muchos) quien respiró por el acuerdo con Hacienda y eso supuso un punto de inflexión importantísimo para la entidad porque sin ello la viabilidad era imposible. El problema es en los términos en los que se produjo, con dinero público, del que dicen volverá a las arcas del Ayuntamiento. Ya veremos. El caso es que sólo con ese detalle, la obligación por parte del Consistorio, o del club, es dar las explicaciones necesarias para que la gente entienda las maniobras. Llama la atención que los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Huelva digan que están hartos de exigir información y no se la dan. No entiendo yo la política de esa manera. En fin.

El asunto es que la temporada ha sido un fracaso en toda regla, desde su planificación hasta el desenlace. Me gustaría romper una lanza a favor del consejo de administración. Pero igual que hay mensajes para todo el mundo, también para ellos. No se puede ser consejo sin tener capacidad de decisión. No deben permitir que todo lo que esté por venir sea como lo que ha ocurrido. Ahí hay gente que les duele el Recre. Y hay veces que eso se demuestra siendo crítico, nunca aceptando lo que digan porque sí.

El Recre, lo hemos escrito mil veces, precisa de un plan global que le conduzca a ser un club normal. Mientras eso no ocurra el sufrimiento y la decepción serán una constante. Son varios los factores que tienen que coincidir. Y en la reunión o reuniones que se mantengan a partir de ahora tendrá que ponerse todo encima de la mesa. Mientras que alguien se guarde algo o se expongan las cosas como son, no se avanzará nada. Y ya está bien de cometer año tras año los mismos errores. El Decano precisa decisiones valientes y un faro único. Y que se digan las cosas como son.

Este año la gente, como siempre, ha respondido a las mil maravillas. Pero hay cansancio, porque no se explican los motivos ni los caminos. Y por enésima vez, la afición, la única que se escapa, ha dado la cara. Ahora les toca a otros tomar las decisiones oportunas.

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