Sí. 37,5 horas son las que trabajarán semanalmente los 6.400 miembros de la plantilla que conforma la Corporación RTVE. En cuanto me enteré de esta cifra me vino a la cabeza Alfonso Arús. Su estajanovismo. El comunicador catalán acaba de demostrar cómo es capaz, "sin despeinarse" (sic), de llevar a cabo un 'morning' diario de casi cuatro horas de duración, y durante una de esas mismas jornadas, ejercer de maestro de ceremonias de otro programa ómnibus nocturno de otras cuatro horas que atraviesa el prime time y llega hasta el late night.

Coincido plenamente con la siempre aguda Helena Arriaza, cuando en estas páginas defendía la vigencia de Arús para llenar las noches de buena televisión. Qué duda cabe que Arusitys Prime está llamado a ser uno de los formatos que más alegrías nos van a dar durante la temporada. Aunque cabría preguntarse si las noches de los viernes son las más adecuadas para su ubicación.

Fue precisamente con motivo de las entrevistas promocionales que le hicieron la semana de su estreno cuando me enteré de las distintas ofertas que había tenido antes de que arrancara el Aruseros diario. Explicaba Arús cómo en un principio había declinado la posibilidad de hacer un programa durante el fin de semana por respeto a su equipo. Por favorecer, siquiera en sábado y domingo, la conciliación familiar y laboral. Sin saber nada de este extremo, recuerdo cómo imaginé un Aruseros como formato ideal para llenar las mustias tardes dominicales, entre las 4 y las 9 de la noche. Eso sí sería lo más parecido a la felicidad para los espectadores aburridos de los fines de semana.

Aunque volviendo al principio, me pregunto cómo podría ser RTVE si en todas sus instalaciones bullera la energía y la vitalidad que derrocha Alfonso Arús y su equipo.

¿Se imaginan a 6.400 profesinales fabricando televisión original y esforzada a razón de 37,5 horas semanales? Qué maravilla. Lo que podría salir de ahí.

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