Jornada de ascensos generalizados en los principales índices mundiales en una sesión con referencias importantes en las declaraciones de Powell y Lagarde en la reunión del FMI de ayer, en un entorno de mayores costes de producción y presiones salariales que podría anticipar una nueva aceleración del endurecimiento monetario.

No obstante, la temporada de resultados está mostrando la resiliencia de ciertas compañías, al menos por ahora. Empresas líderes, como Procter&Gamble, continúan sorteando el alza de los costes de las materias primas con una combinación de mayores ventas y mayor precio. Sin embargo, los márgenes brutos han comenzado a deteriorarse. Pese a ello, las expectativas de ventas y beneficios de principios de año no se han visto especialmente revisadas, y salvo alguna excepción, las compañías cotizadas de cierto tamaño lo están haciendo relativamente bien.

El Íbex 35 cerró por encima de 8.800 puntos tras subir un 0,51%.

Los precios del petróleo y el gas remontaron, en parte por el miedo a una caída en el suministro ruso. En Alemania, la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, indicó que su país debería eliminar las importaciones de crudo ruso a finales de 2022. La tendencia en Europa es a endurecer las restricciones. Eso reforzará los precios a pesar de que EEUU y otros países liberen millones de barriles de sus reservas estratégicas. En esta coyuntura, el barril de Brent cotizó en 109 dólares, con una subida de un 1,69%.

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