El Recreativo de Huelva está viviendo un momento deportivo muy dulce. Su solidez hace presagiar que llegará a final de temporada con opciones de pelear por el ascenso de categoría. Para este Decano, que asoma la cabeza tras años de deudas acumuladas y embargos, es casi un milagro. El trabajo del cuerpo técnico y la plantilla así lo han hecho posible, al igual que el entorno que lo favoreció. Y hay que disfrutarlo.

El club albiazul tiene por delante aún numerosos y complicados retos para seguir subsistiendo. Afrontar los pagos de obligado cumplimiento debe seguir siendo la prioridad porque este club ya no se debe permitir, nunca más, vivir por encima de sus posibilidades. Aunque a la vista queda que con nuestras limitaciones es posible hacer mucho.

En este momento de lucidez deportiva y recreativista, el club debería poner en marcha ese plan que tantas veces se ha reclamado para el Decano, con el que comenzar a levantar la cabeza socialmente. El Recreativo es una institución que tiene que aprovechar la inercia actual para hacerse notar, aunque para ello sería necesario consolidar una estructura interna que está condicionada a corto plazo por un proceso electoral municipal.

Aún así, entiendo que es posible marcar unas prioridades a corto plazo de presencia en los grandes eventos de Huelva, mirando hacia dentro del club y también hacia afuera. Porque Huelva sin el Recre no se entendería igual y porque el Recre sin Huelva sería un recuerdo del pasado.

Quedan algunos meses por delante muy bonitos por vivir y nunca es tarde para volver a consolidar una recremanía que necesita también del cariño de su equipo, desde el terreno de juego, pasando por la Ciudad Deportiva del Decano, y hasta en la calle.