Análisis

Javier González de Lara Antonio Ponce

Andalucía, una empresa globalObjetivo: más exportadoresEl gran referente de las cámaras de comercio

Andalucía suma más de 2.200 nuevas empresas que venden al exterior en 2018 hasta alcanzar las 24.107 y es la que más crece en número de exportadoras regulares

Hay algunas cifras económicas que han reflejado el dinamismo de una parte muy importante de la economía andaluza en los últimos años. Al cierre de 2018, 24.107 empresas, 32.439 millones de euros en ventas y 386.203 empleos. Si traducimos en porcentajes las cifras, ajustándolas a los períodos anuales de su publicación, estamos hablando de alrededor del cuatro por ciento del tejido empresarial de la comunidad; en torno al 10 por ciento del empleo y el 19, 4 del total del PIB.

Sin contextualizar estos números, podríamos pensar que corresponden a un sector pujante de la economía y poco más. Si los identificamos como el resultado correspondiente a 2018 del capitulo exportador de Andalucía, tendremos una mejor visión, pero si los dimensionamos en la evolución del conjunto de la economía regional desde finales de 2014, como uno de los esfuerzos más importantes de las empresas andaluzas, de hecho han crecido prácticamente un tercio, tendremos una idea más precisa de su auténtica importancia.

En este sentido, hay que recordar que Andalucía fue en 2018, y por segundo año consecutivo, la segunda comunidad autónoma en el ranking exportador nacional con una cuota del 11,4 por ciento del total nacional y que inició enero de este año aumentándola hasta el 12,6 por ciento.

La realidad nos dice que buena parte de las ganancias de competitividad de la economía andaluza han descansado en el intenso proceso de internacionalización de las empresas en estos años, que acabaron convirtiendo las amenazas de la crisis en oportunidades para reinventarse.

Un objetivo estratégico

Hasta hace pocos años la puesta en marcha de planes de internacionalización por parte de muchas empresas era una opción estratégica, mientras que hoy es una necesidad. La inmensa mayoría de las empresas andaluzas exportadoras construyen sus estrategias en clave global sobre la base de una mayor y mejor internacionalización, gracias también a su base industrial y capacidad inversora, que les facilita, en paralelo, ir adaptándose a la revolución 4.0, que va ya más allá de los procesos de transformación digital.

Ventaja e incógnita

Más allá de haber hecho de la necesidad virtud en estos años y abrir un camino, que por otra parte es indispensable en el mundo en el que vivimos, la pujanza del proceso de internacionalización, tiene ante sí una gran ventaja y una incógnita compleja.

La primera es que la economía andaluza tiene un margen extraordinario para el crecimiento cuantitativo y cualitativo de la internacionalización de sus empresas. El esfuerzo hecho estos años atrás ha sido importante pero tiene un enorme campo de desarrollo presente y futuro. Un potencial indiscutible. Y para ello es fundamental el impulso de políticas públicas generales de apoyo a la comercialización.

Estas políticas deberían insertarse dentro del programa para actuar sobre la simplificación administrativa en Andalucía, con el que estamos colaborando en la actualidad con el gobierno andaluz, porque, y lo he repetido muchas veces, necesitamos mayor densidad empresarial, es decir, más empresas; que sean de mayor tamaño, que tengan más dimensión y que operen con una mayor diversificación de productos y mercados.

Si estas tres "D" son imprescindibles, aún lo son más para mejorar nuestra internacionalización, porque mejorar la actividad, supone mejorar las inversiones y, en consecuencia, la creación de empleo.

La incógnita es que la actual coyuntura global es causa directa del menor empuje de la economía en esta etapa del ciclo. Gran parte de la desaceleración tiene sus causas en la inestabilidad que ha provocado el proteccionismo en los últimos años, así como en las guerras comerciales entre las diversas áreas continentales que está afectando a la Unión Europea, como se puede ver con una de las principales potencias exportadoras del mundo como Alemania, y por ende a nuestro país y Andalucía.

Sin embargo, y en mi opinión, creo que no debemos confundir la situación coyuntural de los mercados mundiales, cuyas fluctuaciones tienen muchas veces causas y efectos imprevisibles, con la articulación fundamental de las estrategias empresariales y de política económica acerca de la internacionalización y su necesidad. Como ya dicho: hay que reforzarla de manera especial.

CEA y Extenda

Desde CEA hemos estado siempre muy atentos a la internacionalización de la economía andaluza transmitiendo las aportaciones de nuestras organizaciones y empresas para colaborar con los gobiernos andaluces en la formulación de los planes estratégicos para la internacionalización de la economía. En este capítulo, la colaboración público privada es esencial y así ha sido siempre nuestra disposición.

El reconocimiento de dicha actitud se ha plasmado recientemente en la entrada de la Confederación de Empresarios de Andalucía en el Consejo de Administración de Exrenda.

Con ello redoblaremos nuestra colaboración y las aportaciones empresariales en el día a día de la Sociedad, que ya veníamos haciendo a través de la Comisión de Seguimiento del Plan de Internacionalización Horizonte 2020, y sumarán con dos de los grandes objetivos de CEA para los próximos años, que tienen que ver con la dimensión global de Andalucía y su posición en el mundo a través de sus empresas.

El primero es el Pacto por la Empresa Andaluza, cuya esencia es el acuerdo tácito de la sociedad para considerar a la empresa como motor de desarrollo social. Sobre cualquier otro planteamiento, la empresa como tal es una de las pocas formas de ganización individual o colectiva que es transversal y común en cualquier sistema a lo largo del mundo. De hecho, las sociedades más amigables con sus empresas son las sociedades más prósperas y desarrolladas y las más estables económica y socialmente hablando, independientemente de las formaciones políticas que ocupen los gobiernos en cada momento.

Y el segundo, es la apuesta empresarial andaluza por los ODS, los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una agenda inclusiva de 17 retos ineludibles para el avance socioeconómico.

En estas coordenadas, de cambio cultural sobre el papel de las empresas y sus fines, compartimos con Exttendaun camino largo pero de potencial extraordinario para que Andalucía sea la Empresa global, moderna y competitiva que todos queremos.

Andalucía ha logrado ocupar un importante lugar en el escenario del comercio mundial, con récord de exportaciones, que han superado los 32.000 millones de euros en 2018. Este logro es mérito, sobre todo, del esfuerzo y la visión de sus empresarios. Pero también de los organismos que los apoyan en su aventura exterior. Es justo reconocer que Extenda ha sido una pieza clave en todo este proceso y hay que subrayar sus aciertos y contribución a la economía andaluza.

El apoyo y profesionalidad de Extenda en la difícil tarea de competir en el concierto mundial es impagable, particularmente en el actual contexto económico en el que prima la especialización, el conocimiento y la agilidad para adaptarse a una realidad que cambia de forma vertiginosa.

Lo mismo ocurre en el caso de las Cámaras de Comercio, que ejercen un protagonismo fundamental como dinamizadoras de la economía, desempeñando un papel trascendente y de vital importancia por su cercanía y conocimiento de las empresas. Sobre todo de las pymes, las pequeñas y medianas, que son el verdadero motor del crecimiento económico, las principales generadoras de empleo y uno de los pilares de la cohesión económica y social de nuestra región.

En su historia centenaria, las Cámaras de Comercio fueron las primeras en apostar por los mercados internacionales como fuente de oportunidades de crecimiento y de progreso. Labor que hoy siguen desarrollando con gran acierto pese a las grandes dificultades y desafíos pendientes.

Las Cámaras de Comercio están llamadas a seguir jugando un papel decisivo en el concierto económico nacional e internacional. No en balde, la exportación resulta hoy imprescindible para asegurar la consolidación y la expansión de las empresas y del conjunto de la economía española y andaluza.

Balance 2017-2018

La profesionalidad de las Cámaras y su largo bagaje en esta materia han conseguido fomentar la participación de las empresas andaluzas en las acciones de promoción organizadas en los años 2017 y 2018. Nuestro compromiso último y el objetivo final que nos proponemos pasa por acompañar a las empresas en esta apasionante y difícil batalla exterior, verdadero termómetro de nuestra competitividad en el contexto global en el que hoy tenemos que desenvolvernos.

Según el balance presentado recientemente en el Pleno del Consejo Andaluz, más de 2.700 pymes de la comunidad se han sumado a estas iniciativas para las que se ha dotado de un presupuesto de más de cuatro millones de euros de los cuales casi dos se destinaron a ayudas para las propias empresas.

Estas acciones se han enfocado hacia diversos sectores de gran calado para nuestra economía como es el agroalimentario, turístico y multisectorial, entre otros, llegando a distintos rincones del mundo.

La globalización ha roto fronteras y ha embarcado a las empresas en una búsqueda constante de nuevos nichos de negocios que no se concentren únicamente en la Unión Europea, entendiéndose ésta como nuestro principal destino, pero no el único. Consciente de esta necesaria apertura, se han desarrollado misiones en el continente americano, China y Países Árabes.

Durante ese periodo y con este mismo objetivo, las Cámaras de Comercio han promovido, asimismo, jornadas informativas, talleres y foros, que han contado con la participación de unos 2.000 agentes y un presupuesto de más de 700.000 euros.

Hay que destacar, asimismo, en este balance las 650 pequeñas y medianas empresas que en estos últimos ejercicios se incorporaron al programa de apoyo para las que se inician en la promoción exterior, gracias al programa XPANDE que impulsan las Cámaras andaluzas. Este proyecto ha contado con un presupuesto en Andalucía de más de tres millones de euros, cofinanciados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

A todo ello hay que añadir los 60.698 documentos relacionados con las exportaciones, importaciones y consultas que han expedido las Cámaras de Comercio en los años 2017 y 2018.

Por otra parte y al margen de resultados, hay que tener en cuenta que las Cámaras de Comercio suponen una plataforma homologable con instituciones similares a las de los países europeos más desarrollados, donde ejercen una labor de primera magnitud en el panorama económico y empresarial.

Si queremos abordar el futuro con garantía en una economía global, las Cámaras han de potenciarse como instrumentos que nos permitan competir con otros países en los que estas instituciones son básicas para sus emprendedores.

Las Cámaras de Comercio, hoy por hoy, son insustituibles como instituciones de derecho público al servicio del empresariado y unas embajadoras de primer nivel para impulsar la competitividad de sus empresas.

Las posibilidades de atención de las Cámaras de Comercio y su capacidad de interlocución avalan a estas instituciones como compañeros de viaje de la Administración, en este caso de Extenda, a cuya junta directiva y asamblea pertenece el Consejo Andaluz de Cámaras.

Siempre hemos ido de la mano, pero hago votos para que la colaboración se estreche y surjan nuevos caminos en los que vayamos juntos aportando nuestra dilatada experiencia, en la seguridad de que se abre una etapa fructífera y enriquecedora que redundará en beneficio del tejido empresarial andaluz y por ende en la creación de riqueza y empleo para nuestra comunidad.

Y, por otra parte, reitero nuestro compromiso con la modernización del tejido productivo andaluz, en la convicción de que allí donde haya una oportunidad de mejorar la competitividad, la Junta siempre podrá contar con el apoyo de las Cámaras. Nuestro principal objetivo es poner a disposición de los empresarios, en todo momento y sea cual fuere la coyuntura, los mecanismos de desarrollo e innovación que les permitan hacer frente a un mercado cada vez más sujeto a los imperativos de la globalización.

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