Solidaridad y valores humanos - instituciones

"Aquí trabajamos para que las personas más pobres de Perú puedan vivir"

  • Asociación 'Madre Coraje'

Todo comenzó en Huelva en un pequeño local de la calle Velázquez, cedido por el Ayuntamiento, donde recogían todo tipo de alimentos y productos de primera necesidad para mandarlos a las zonas más pobres de Perú. Pero las reducidas dimensiones de la sala obligó a la Asociación a buscar otra sede ya que el espacio no permitía recoger una gran cantidad de productos. Así fue como en el año 2001, la Asociación se trasladó a un local de 480 metros cuadrados situado en El Molino de la Vega, "donde ya sí podemos desarrollar nuestra actividad de manera más eficaz y cómoda. Este fue el comienzo del cambio de esta Asociación aquí en Huelva". Así lo explica Isabel Castilla, su gerente, quien asegura que sus actividades han aumentado en poco tiempo, ya que empezaron sólo con ayuda humanitaria para Perú y ahora se han convertido en una delegación de Madre Coraje a nivel nacional. Y es que además de seguir enviando alimentos, ropa, medicamentos, aceite y otros productos necesarios para la vida de cualquier persona en cantidades más grandes que las iniciales, Madre Coraje de Huelva también pone en marcha proyectos de desarrollo que presentan a las instituciones pertinentes así como idean otros relacionados con la educación para el desarrollo.

Alrededor de 80 voluntarios trabajan en el seno de esta organización; "ellos son los que hacen posible realmente nuestra actividad". Pero Madre Coraje también ha llegado a la provincia, ya que la Asociación tiene acuerdos con 22 Ayuntamientos de Huelva y en cada pueblo además hay voluntarios colaborando. La gerente precisa que su objetivo principal es la ayuda a las comunidades campesinas, a los niños y a los ancianos de Perú, "pero somos conscientes de que nuestra aportación a la ciudad de Huelva también es importante, sobre todo desde el punto de vista medioambiental". Desde esta perspectiva, la gerente afirma que "estamos recogiendo muchas cosas que contaminan, que si se tiraran a la basura nos perjudicarían a todos los onubenses, como por ejemplo el aceite, que se dedica a la fabricación de jabón, que se manda como ayuda humanitaria, o se destina a la elaboración de biodiesel, o los medicamentos o los cartuchos de tinta. Y sobre todo la ropa que tiramos que es mucha y toda va a los vertederos, por lo que creemos que en este sentido, Madre Coraje está haciendo una aportación importante a la sociedad onubense".

Se trata de toda una aventura que comenzó hace ya algunos años en España, como una iniciativa pionera en el país, de la mano del actual presidente, Antonio Gómez, un jerezano, físico de profesión especialista en soldadura de buques, un campo en el que es un profesional muy reconocido. Por ello, la Unesco le mandó a Perú, concretamente para asesorar los astilleros de Lima y, en su viaje, vio la realidad de un país sumamente empobrecido y decidió hacer algo para contribuir a solucionar este problema. "Antonio se sorprendió y se enfadó mucho. En el viaje de vuelta conoció a una misionera que le dijo que si quería hacer algo podía mandar lo que le sobraba. Y así empezó este proyecto".

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