Es programa abierto a todos aquellos que lo soliciten con el objetivo último de contribuir a lograr la permanencia de personas vulnerables en su medio habitual de vida, evitando los grandes costes personales, sociales y económicos que el desarraigo del medio conlleva, facilitando el contacto con sus entornos social y familiar y asegurando la intervención inmediata en crisis personales, sociales o médicas para proporcionar seguridad y contribuir decisivamente a evitar ingresos innecesarios en centros residenciales. Así versa en la declaración de intenciones de Cruz Roja, una teoría que, como pocas veces, se lleva a la práctica cada día en Huelva y provincia.

Gracias a la colaboración de 25 voluntarios repartidos entre la capital y el resto de municipios onubenses, el programa ha atendido ya a 1.900 personas que han visto mejorada su calidad de vida de manera decisiva desde el punto de vista físico, familiar, personal y social. Román Castiñeira Sánchez, el coordinador de este programa en Huelva, afirma que "nuestra labor es fundamental para dignificar muchas de las vidas, sobre todo, de nuestros mayores". Y es que la mayoría de los usuarios superan los 80 años de edad aunque Román asegura que el programa no va dirigido exclusivamente a las personas mayores, sino que a todo aquel que lo necesite, ya sea por circunstancias físicas, familiares o sociales. "Nuestro programa está abierto a todos tanto como si se acogen al convenio como si quieren pagarlo de manera personal". Y es que el trabajo de Cruz Roja es posible en la mayoría de los municipios de la provincia gracias a los convenios suscritos con los Ayuntamientos de cada localidad que se han incorporando masivamente a esta iniciativa en los últimos años. Tanto es así que el 35% de los usuarios de este programa son residentes de los pueblos.

Cruz Roja acumula ya 15 años de trabajo con estas personas que, cada día, agradecen a quien les visita su labor. "Esta es nuestra mayor recompensa, es la alegría y el agradecimiento que nos muestran estas personas y que da sentido a nuestro trabajo y nos llena no sólo como profesionales, sino sobre todo como personas". Esto es lo mejor de su trabajo, según destaca Román, quien por otro lado, asegura que "lo peor es cuando las personas mayores, la mayoría de nuestros usuarios, se van, pero siempre nos queda el consuelo de que hemos contribuido a que el final de su vida haya sido mejor".

Desde el año 93, el servicio de teleasistencia domiciliaria está en funcionamiento en la provincia, aunque su coordinador destaca que el programa es muy antiguo ya que se inició a principios de los años 80 "cuando solamente era una experiencia piloto puesta a prueba hasta que consideramos que se trataba de un proyecto eficaz, viable y que teníamos los recursos para llevarlo a cabo".

Sorprendido e ilusionado en nombre de todos sus compañeros, Román agradece la nominación "aunque nosotros obtenemos nuestro premio cada día".