Solidaridad y valores humanos - personas físicas

Cinta José González: "Hasta que me jubile trabajaré con los enfermos y luego lo haré de voluntaria"

De forma desinteresada y con tanta ilusión como al principio, Cinta José González acude cada día al hospital con la única intención de ayudar a los que más lo necesitan. "La primera vez que trabajé como voluntaria tenía 16 años y no lo he dejado hasta ahora, es algo que, una vez que empiezas, te engancha de tal manera que no puedes dejarlo y si lo haces te falta algo". Así habla Cinta de un trabajo que define como una de las razones de su vida, una labor la suya con la que se siente muy realizada aunque precisa que en la mayoría de los casos se dan situaciones muy duras.

Su trabajo consiste, además de apoyar al hospital en las tareas diarias, en llevar medicina a domicilio, gestionar documentos y ofrecer apoyo psicológico tanto a los pacientes como a las familias. "Hago de todo un poco, todo lo que hace falta y en lo que yo pueda ayudar". Pero su día a día es muy duro y a la vez satisfactorio. Trabaja especialmente con los enfermos de Sida que, según afirma "no sólo tienen que lidiar con la enfermedad, sino que también luchan contra la marginación, social, el rechazo de su familia, la soledad y los trastornos provocados por la patología. Me he centrado especialmente en estos enfermos porque lo necesitan y yo también les necesito a ellos".

En palabras de Cinta "más que una labor hospitalaria y sanitaria, lo que hacemos es una labor humana que nos sale del corazón y que a nuestros pacientes les llega de esta forma, aunque en la mayoría de los casos el trabajo difícil está con la familia". Desde esta perspectiva, Cinta se emociona cuando comenta sus esfuerzos porque la familia acepte a los enfermos "que tanto necesitan a sus seres queridos en los momentos tan duros de la enfermedad y para poder hacer una vida lo más normal posible". Pero este es un trabajo complicado ya que se trata, según precisa, de un labor en la que los instrumentos son el corazón y los sentimientos, muy castigados en la mayoría de las familias, "a las que tenemos que entender, consolar, dar ánimos como si fuéramos uno más de ellos y, en el fondo con el tiempo lo somos".

Pero a pesar de todo, esta onubense para la que su trabajo es una parte fundamental de su vida subraya que "lo que hago me apasiona, me siento muy querida y, sobre todo, sé que beneficia a familias enteras hasta el punto de que colaboro para que vuelvan a estar unidas y esto es algo que no tiene precio y que no se puede comparar con nada". Con todo se emociona hablando de los enfermos "que llegan a ser mi familia porque es una enfermedad muy larga" y subraya que, aparte de lo que ella pueda enseñarles a ellos y a sus familias, ella misma aprende cada día cosas nuevas. "En parte, soy quien soy en la actualidad gracias a las enseñanzas que todos ellos me regalan cada día y, por esto, les estoy muy agradecida".

Toma su nominación con sorpresa aunque manifiesta que "el premio es el cariño de los enfermos y de sus familias".

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