Como ya ocurriera hace dos años con la presentación de La Vida Fácil, su anterior y exitosa novela, la sala roja de la Casa Colón se quedó pequeña en la tarde de ayer para acoger a los dos centenares largos de personas que acudieron a un acontecimiento esperado por sus lectores.

Santos, asesino en serie es la nueva criatura de un artista polifacético, Bernardo Romero. Para que la presentación tuviera un mayor atractivo aún, el escritor onubense estuvo acompañado por el pintor Juan Manuel Seisdedos, sin lugar a dudas una de las figuras más notables de la cultura onubense y amigo entrañable del escritor, del que contó confidencias además de desgranar el estilo y la intención de una novela que cuenta la realidad de una crisis que ha golpeado a las clases más desprotegidas de la sociedad española, pero también a las más confiadas; a unas clases medias que se han visto notablemente empobrecidas por una crisis que parece tocar a su fin según los números y vaticinios de los más sesudos economistas, pero que en las cuentas corrientes de los españoles, tal como insistió en más de una ocasión Bernardo Romero, no se está notando tanto. El público asistió entusiasmado al show en que Bernardo Romero suele convertir todas sus actuaciones. Hace pocas semanas ofreció una conferencia sobre las virtudes del garbanzo blanco del Campo de Tejada y no hace demasiado tiempo, sobre el desplazamiento de las placas tectónicas. Da igual, su sentido del humor y su carga intelectual ofrecen a sus más fieles seguidores, momentos agradables tal como ocurre con la lectura de sus novelas, con sus guías turísticas o con biografías de estrellas del celuloide, por nombrar algunas de las casi veinte publicaciones que el prolífico autor -muy a su pesar según confesaba quien se considera lector más que escritor- ha visto editadas a lo largo de su vida profesional a camino entre la docencia y el periodismo.

Otra curiosidad es la virtud de un creador de reunir en torno suyo a políticos incluidos en todas las tendencias. Desde el ayer protagonista de la agenda política con su renuncia al acta de concejal, amigo del autor de toda la vida según confesión propia, hasta nuevos ediles como Ruperto Gallardo y veteranos que ya dejaron atrás la actividad política, como el que fuera presidente de la Diputación Manuel Eugenio Romero, otro amigo y fiel seguidor de Bernardo Romero que estaba ayer que no cabía en sí de gozo. Empresarios, profesores de la Universidad de Huelva o compañeros de instituto del autor de Santos, asesino en serie, pero sobre todo como el propio Bernardo Romero decía, gente de Huelva, gente de su ciudad, de una ciudad sin la que no se puede entender parte alguna de sus trabajos de investigación o de su obra más atractiva o al menos más desahogada, la de autor de una ficción pero de una ficción absolutamente pegada a la realidad, como la de esta novela en la que Santos puede ser cualquiera de nosotros, o como aparece en la dedicatoria de una novela que hoy mismo está ya en librerías y que reza así: "A todos los Santos que han aguantado el chaparrón".

Genio y figura. Bernardo Romero volvió a armar el taco en una sala con capacidad para más de doscientas personas sentadas y que vio cómo había serias dificultades para encontrar un asiento libre. Fue una presentación o como alguien de los allí presentes comentaba: "Un espectáculo, este tío lo convierte todo en un espectáculo".

Santos, asesino en serie se llama la nueva novela de Romero, es su visión de lo que ocurre a nuestro alrededor, de todo lo bueno pero también de todo lo malo y además escrito con mucho sentido del humor, aunque el humor a veces se tenga que teñir de negro.