Cultura

A la sombra de don Sancho

  • 'El Cid' (1971), de Antonio Hernández Palacios, es la serie cómic inconclusa que le dio la merecida fama como historietista a este discípulo del pintor nervense Daniel Vázquez Díaz

El documentado dibujo de Antonio Hernández Palacios es uno de los grandes  atractivos de esta serie.

El documentado dibujo de Antonio Hernández Palacios es uno de los grandes atractivos de esta serie. / H. I.

Antonio Hernández Palacios (Madrid, 1921-2000) fue un pintor e historietista, discípulo del nervense Daniel Vázquez Díaz. En 1970, empieza a trabajar en la revista Trinca de Ediciones Doncel, donde publicaron Abulí, Jan, Carlos Giménez, Víctor de la Fuente, Jaime Brocal Remohí, Ventura y Nieto y Esteban Maroto. En esta revista desarrolló sus series más conocidas: Manos Kelly, y El Cid.

Rodrigo Díaz de Vivar es una figura suficientemente importante en la Reconquista como para rellenar un buen puñado de páginas de cómic. Estamos en 1971, durante la dictadura franquista, en la que la exaltación de los símbolos nacionales es fundamental. Su idea era que la vida del Cid abarcara entre 20 y 25 álbumes, pero el cierre de Trinca en 1973 tras 65 números dejó inconcluso el tercer álbum, que fue finalmente completado en 1982 en Ikusager, editorial alavesa en la que publicó un cuarto en 1984. Nunca llegó a dibujarse el quinto álbum, del que el autor dijo que tenía planificado el argumento, pero falleció sin encontrar editorial para publicarlo.

En los cuatro tomos que vieron la luz, El Cid es un personaje secundario. La historia se centra en el Infante don Sancho, hijo del Rey de León Fernando I el Grande, del cual Rodrigo es lugarteniente. La idea era ir avanzando por la historia hasta el momento en el que El Cid hubiera adquirido absoluto protagonismo.

El primero de ellos, Sancho de Castilla, se ubica tras la Batalla de Graus en 1063, a la que Sancho ha acudido a defender Zaragoza, gobernada por el emir Moctadir, del intento de invasión de los aragoneses y en la que ha fallecido su tío Ramiro. La comitiva del Infante vuelve hacia León, y por el camino, en el castillo de Usua, conoceremos a Adolfo Bellido y al vascón mudo Basurde.

La revista 'Trinca' vio nacer en 1971 la serie El Cid. La revista 'Trinca' vio nacer en 1971 la serie El Cid.

La revista 'Trinca' vio nacer en 1971 la serie El Cid. / H. I.

En Las Cortes de León, el Rey Fernando fracciona el Reino entre sus cinco hijos, dando lugar a años de guerra. El Condado de Castilla, elevado a categoría de Reino, para el primogénito Sancho. El Reino de León y el título de Emperador para su hermano menor, Alfonso. Galicia para García, Zamora para Urraca y Toro para Elvira.

La toma de Coimbra es motivo de orgullo para el autor, ya que, con lo que Menéndez Pidal escribió siete líneas, Palacios hace un álbum completo. Vemos el asedio de una ciudad con toda la crudeza posible.

La cruzada de Barbastro, cuarto y último álbum de la serie, empieza con el llamamiento internacional del Papa Alejandro II para tomar la ciudad oscense de manos musulmanas. Como consecuencia, la inestable paz de la zona se rompe, acabando el tomo con la conquista de Toledo y el fallecimiento de Fernando I, mostrando un cruce de miradas desafiantes entre Sancho y Alfonso en su última página.

Conociendo el devenir de los acontecimientos históricos, se puede suponer que en el quinto tomo, en el que el autor dijo que volvería a aparecer Adolfo Bellido, se llevaría a cabo la división del reino y la coronación de los hijos. Sancho cargaría contra León para intentar reunificar el reino de su padre y acabaría firmando una paz con Alfonso, tras la cual juntos invadirían Galicia, proclamándose reyes conjuntos. Alfonso contactaría con Bellido por lo que pudiera pasar en un futuro.

En el sexto, tras varios años de paz, Sancho vuelve a la carga y conquista León. Durante el cerco de Zamora, Adolfo Bellido asesina a Sancho y Alfonso se convierte en Rey de Castilla, León y Galicia. Ya en el séptimo tomo tendríamos el episodio de la Jura de Santa Gadea, en el que el Cid haría declarar a Alfonso VI que no tuvo nada que ver con la muerte de Sancho, pasando por fin el protagonismo de la obra al titular de la misma y comenzando el destierro.

Portada de 'El Cid'. Portada de 'El Cid'.

Portada de 'El Cid'. / H. I.

La labor de documentación es espectacular. El Cantar de Mío Cid está presente, pero también la Historia Roderici; Menéndez Pidal, y la película protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren. Palacios recrea una sociedad medieval totalmente creíble dentro de la dificultad de obtener material de referencia.

Este integral recopila una obra incompleta, y, finalizada aquí, quizás hubiera sido un título más correcto El Infante don Sancho, pero es un material espectacularmente sólido. Si hubiera sido completada, podríamos estar hablando de la obra definitiva del cómic nacional.

La próxima semana: Nena (1994), de John Byrne, una mujer que sale de las olas y se adentra en el salvaje mundo del sur de California, luciendo nada más que una sonrisa enigmática.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios