Cultura

El riesgo de Buly llega a Viena

  • El artista onubense Aurelio Díaz lleva hasta el 7 de diciembre al Instituto Cervantes de Austria una muestra de su última producción pictórica, en la que el color y las formas toman una nueva dimensión

Dicen de él que es audaz, sugerente y crítico. Tan irónico como dramático. Y apasionado. Por el aprendizaje continuo. Por la pintura. Sólo así consigue reinventarse constantemente, inquieto, sin esperar halagos ni reconocimientos. De ahí su riesgo de los últimos meses, rendido a la libertad del color y las formas. Saltándose la rigidez de lo común. Aventurándose tan lejos como la propia imaginación le lleva.

El resultado de ese nuevo rumbo en su pintura toma cuerpo en Ad Majorem Gloriam, la exposición que acaba de inaugurar en el Instituto Cervantes de Viena, compendio de técnicas y estéticas personales, y espejo de una trayectoria vital y artística.

El protagonista es onubense. Aurelio Díaz, el hombre. Buly, el artista.Nacido en Huelva y afincado en Macharaviaya (Málaga), ha pasado por Londres, Venecia, Rabat o Madrid. De todas ellas, una experiencia personal única. Como de su compromiso, intenso, con la cultura andaluza y española.

Conocidas (o no tanto) son sus colaboraciones con otros artistas en distintos ámbitos. Joaquín Sabina o Martirio, en la música. Rodrigo García, Chete Lera o Pepo Oliva, en el teatro. Y hasta en el mundo empresarial, con sus diseños corporativos para Absolut o Schwarzkopz. De ahí sacan sus pinturas un importantísimo valor añadido, enriqueciendo y conformando de una forma única y personal su obra, en permanente evolución.

En la exposición de Viena, inaugurada el pasado 11 de octubre y abierta hasta el 7 de diciembre, se puede ver la creación de un artista fiel a sí mismo y a todo en lo que cree. Sobre todo, en la pintura. Y ésta es, más que nunca, singular, llena de matices, con una clara estética onírica, que la hace extrañamente cercana al espectador.

Las series Enterrados y Marinas tienen mucho de eso. Como San Sebastián, herido de muerte en una bañera. Incluso Rey y Reina, revestidos de aureola infantil en la insondable tristeza de sus reales existencias. Pero más allá de estos ejemplos están las revisiones clásicas, los After, que reinterpretan a Picasso, Zurbarán, Murillo, Caravaggio o Modigliani, entre mucho costumbrismo clásico.

Esta veintena de obras seleccionadas en colaboración con la Universidad de Málaga revelan a un provocador plástico, de los que agitan conciencias abriendo la puerta a otros mundos imaginables. O, quizá en conexión con el subconsciente colectivo, reinterpretando la apariencia de la realidad.

Todo son elogios para Ad Majorem Gloriam. Y para el propio Buly. Aunque no los busque. Quienes le conocen bien saben reconocer en sus pinturas al hombre, al artista.

"Si todos demostramos con nuestros hechos lo que somos, los de Buly son, desde hace más de treinta años, su pintura. Por ella le conocéreis, indisoluble con su vida", cuenta Arturo Ruiz Meliveo en el catálogo de la muestra.

Otro pintor, Eugenio Chicano, va más allá en su retrato: "Buly es un pintor que dice y hace la verdad. Su mundo poético puede parecer dispersivo, pero es su afán de contarlo todo lo que lo hace parecer así. Así es su coherencia. Así son sus motivaciones".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios