La experiencia da una visión más madura del trabajo que se tiene entre manos. El tiempo invertido en los proyectos, la gente con la que se ha compartido ilusión y esfuerzo van llenando las alforjas no sólo de recuerdos, sino también de aciertos y errores, de ratos felices y de otros más tensos. Todo eso conforma lo que uno es y lo que quiere hacer.

Por eso Paloma San Basilio decidió hace un par de años, con más de cuatro décadas en activo en la música, no volver a meterse en un estudio de grabación y dedicarse a otros proyectos fuera de la música, decisión que abandonó -o mejor, apartó- cuando le propusieron hacer varios conciertos con los Chicos del Coro de Saint-Marc.

En diciembre de 2014 se llevó a cabo ese proyecto y posteriormente el coro le propuso hacer un disco, que se ha convertido en realidad en el disco Voces para el alma. "A mí me daba mucha pereza volver a hacerlo -confiesa la cantante- porque además no creo que el disco esté viviendo su mejor momento, pero es un trabajo al que no puedes decir que no porque es una idea muy bonita, ya que yo nunca había hecho nada con un coro de voces blancas".

"Ellos me hicieron una propuesta, me dijeron que querían grandes canciones clásicas que tuvieran un componente de esperanza, de conseguir un mundo mejor y de hacerse preguntas, en definitiva, que tuvieran un toque de espiritualidad", explica. El resultado es una experiencia "que queda más cerca de mi generación que de la suya", continúa la artista, "porque las canciones son más de mi época".

"Es un tipo de trabajo muy puro, sin ningún artificio. Nosotros cantamos y va directo a la emoción porque la música te penetra", explica San Basilio, que añade que tanto en el disco como en los conciertos "la gran protagonista es la voz, cuando la voz solista se ve arropada por esas voces blancas es una maravilla, parece que cantas solita y están todos detrás, es precioso".

Sobre la decisión, después de anunciar su retirada, de grabar el disco y hacer esta gira de conciertos -más de 20 por toda España, uno de ellos celebrado esta misma semana en Granada-, la cantante madrileña explica que "venía todo en el mismo paquete, es decir, después de pensar en el repertorio, seleccionarlo, ensayarlo, prepararlo y grabar el disco, al final no puedes hacer todo ese trabajo para un disco y luego dejarlo tirado, así que lo natural era hacer esta gira", que durará hasta mayo, aunque con un paréntesis de tres meses durante los cuales estará en América.

Respecto a la relación con los niños, tanto dentro como fuera del escenario, la cantante explica que es muy fácil porque "son adorables, son muy educados y muy disciplinados y obedecen con cariño" lo que les dice Nicolas Porte, fundador del famoso coro hace casi 30 años. "Son más profesionales a la hora de trabajar que muchos adultos, son puntuales, no se quejan, siempre van con una sonrisa", agradece la artista. Hay que tener en cuenta que los niños, de entre 9 y 14 años, viven en Lyon, están escolarizados en el colegio de Saint-Marc y el coro es el titular de la Basílica Notre-Dame de Fourvière de la ciudad francesa, así que cuando hay que grabar o dar un concierto deben desplazarse, pero "siempre lo hacen con gusto, así que estar con ellos es un aliciente".

San Basilio reconoce que ha disfrutado mucho grabando el disco y también lo está haciendo en los conciertos. "Soy abuela de dos niñas de 12 y 16 años, así que tengo experiencia -ironiza- pero me lo trabajo mucho, me llevo a los niños a mi terreno y ellos me llevan a mí al suyo", por lo que resume que la relación ha sido "muy fácil, sólo hace falta mucha ternura, conseguir que estén cómodos, que sientan que les valoras y que en ningún momento haya una distancia insalvable".

En cuanto a qué va a hacer Paloma San Basilio cuando acabe esta gira, responde contundente que "no hay después, se van haciendo las cosas poco a poco". "Tengo mucha ilusión en mi primera novela, en la que he trabajado mucho y que saldrá publicada el próximo 19 de mayo, y tengo prevista también una exposición de pintura para otoño... No tengo prisa, prefiero ir ad libitum [a gusto, a voluntad], eso lo resume todo".