Cultura

Los poetas reclaman voluntad y diálogo para frenar la destrucción de Fuentepiña

  • Una treintena de personas homenajea a Juan Ramón con la lectura de sus versos bajo el pino de Platero

  • Solicitan el compromiso de autoridades y propietarios para proteger el inmueble

Los participantes en la cita del sábado en el cementerio de Moguer y Fuentepiña, donde se leyeron un manifiesto, fragmentos de 'Platero y yo' y varios poemas de 'Diario de un poeta recién casado'. Un emotivo acto con carácter reivindicativo.

Los participantes en la cita del sábado en el cementerio de Moguer y Fuentepiña, donde se leyeron un manifiesto, fragmentos de 'Platero y yo' y varios poemas de 'Diario de un poeta recién casado'. Un emotivo acto con carácter reivindicativo.

El paraje de Fuentepiña, en Moguer, está íntimamente ligado a la creación literaria de Juan Ramón Jiménez. Allí permanecen su casa de verano y el imponente pino bajo el que el Nobel enterró al entrañable Platero. "Es un lugar mágico, especial y por el que todos debemos luchar con todas nuestras fuerzas", indica la poetisa onubense Ana Deacracia. Precisamente para reivindicar su protección y rescatarlo de las insolentes garras de un deterioro que parece abocar la finca a la destrucción, una treintena de personas, promovida por el colectivo Nadie somos Todos, se movilizó este fin de semana para reclamar más atención de la administración y de los propietarios al legado de nuestro poeta más universal.

La primera parada de la experiencia tuvo lugar en el cementerio de Moguer. Allí los poetas de Huelva saludaron, en la voz de Mario Rodríguez, a Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí . Repartieron flores amarillas y las depositaron sobre su tumba.

Desde allí pusieron tumbo a Fuentepiña. Unos decidieron hacer el recorrido de tres kilómetros a pie, otros lo realizaron en coche, pertrechados con el avituallamiento que después dispondrían en la finca juanrramoniana para el ágape. La comitiva se detuvo bajo el pino de Platero. Allí, junto al encalado pórtico de Fuentepiña Manuel Moya, Mario Rodríguez y Ana Deacracia leyeron un manifiesto en el que evidenciaron que "uno de los santuarios juanrramonianos" se encuentra en un "estado de dejación y semiabandono" que les encoge el corazón.

Fuentepiña ha sido en los últimos meses de 2017 víctima de "varios incendios que lo pusieron en evidente y definitivo riesgo". Por todo, "las personas aquí reunidas voluntariamente queremos hacer llegar a las administraciones locales, provinciales, autonómicas y a la propiedad nuestro más profundo pesar porque presente a día de hoy un estado de tan flagrante dejación".

Ante este desolador panorama, "encomendamos a las administraciones y la propiedad una sensibilidad y una responsabilidad institucional y personal clara e inequívoca" que sirva no sólo "para detener este deterioro, sino para rehabilitar la casa y el paraje, en la convicción de que el uso ciudadano y coherente de Fuentepiña daría a los moguereños y al resto de ciudadanos no sólo un magnífico lugar de esparcimiento, sino también un punto de encuentro donde seguir celebrando la poesía de este moguereño universal".

El acto continuó con la lectura de pasajes y poemas de Platero y yo y Diario de un poeta recién casado, a los que se encargaron de poner voz desde el director de la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez, Antonio Rodríguez Almanza, a Augusto Thassio o Laureano Rodríguez Liáñez, gran conocedor de la vida y la obra del Nobel. Este último recordó que el donativo de un millón de pesetas que el poeta hizo a Puerto Rico se invirtió en "hacerse con los archivos de Juan Ramón y dedicarles un lugar especial y visitable"; el que el poeta destinó a Moguer "fue a parar a acciones de Telefónica". Muy gráfico.

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