A toda lira

La programación de música clásica en Huelva o el reto de un presente prometedor

  • Huelva cuenta con dos buenas programaciones; pero necesita añadir artistas y compañías eventuales

El Gran Teatro de Huelva.

El Gran Teatro de Huelva.

Puede que la música clásica en Huelva se haya convertido en un tema recurrente. Sea como fuere, la imagen de una ciudad viene también con la calidad de una música que supera a cualquier moda. Son muchas las generaciones que van pasando; pero en todo momento hay una afición que está ahí, un público ávido de programaciones interesantes. Salir de casa para asistir a un buen concierto es indicio de una buena salud cultural. Más de un onubense recuerda las colas que en los noventa se producían jornadas previas a un concierto ¿Cuántas veces el melómano fiel espera semanas y meses a que llegue su orquesta, su grupo o su cantante favorito? El amor incondicional por los artistas también mantiene viva la llama del gran repertorio. Y sabemos que esto a los músicos les estimula  enormemente.

Al margen de los conciertos multitudinarios con obras que tienen tirón entre los melómanos y que hace que las entradas se agoten muy pronto, encontramos asimismo en la vida musical de los pueblos esa labor emprendida por instituciones o entidades. Hay casos que se trata de un género concreto ofertado en momentos del año o en entornos más selectos. Son las pequeñas siembras que  a la larga dan frutos abundantes y jugosos. Huelva ha tenido el acierto a lo largo de distintas etapas de hacer realidad una serie de conciertos y recitales que han ido calando poco a poco entre todos los públicos, desde el melómano más exigente hasta el aficionado curioso. Estos dos tipos de público se dan la mano en una programación sólida de una capital, y el nivel de obras e intérpretes se mantiene alto. Ciertamente, en los últimos años a la crisis económica se ha añadido la crisis de la pandemia. Sabemos que todo ha debido plegarse para después retomar el camino sin perder de vista los objetivos claros. Nunca hubo un tiempo duro donde el hombre no se hiciera más fuerte y más sabio. Esto ya lo estamos comprobando.

Debemos mencionar dos series de música que han mantenido la estabilidad en las últimas temporadas. Por un lado, el Colegio de Arquitectos, la Universidad y el Obispado onubenses que han auspiciado y hecho posible el ciclo de música antigua “Arquitectura y música”; con este ciclo se ha consolidado con paciencia, un año tras otro, el aprecio y el gusto por la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. No cabe duda de que el público onubense se ha adentrado con respeto y curiosidad en un repertorio que ha constituido una forja cultural en Huelva. El prestigio y la variedad de estos conciertos han abierto una vertiente en la sensibilidad por la buena música hasta el punto de que la asistencia ha ido ganando en cada ciclo. El poder de la buena música tiene unas consecuencias insospechadas.

El otro gran bloque viene de la mano de los Conciertos líricos de la Caja rural de Huelva y después del Sur. Una pléyade de cantantes y pianistas ha llenado la programación de cada temporada, donde han sonado arias, romanzas y canciones unas célebres y otras completamente nuevas para el público. La característica de estos conciertos ha sido resumir el gran alcance de un escenario de ópera en un salón de actos conservando todo el vigor y la finura. En el mundo de la lírica está a flor de piel la música y la caracterización; de ello da testimonio un público diverso que ha sacado con antelación sus entradas y que se ha mantenido fiel. El panorama de voces y pianistas es muy extenso y la riqueza de estilos ha sido el rasgo más notable. Confiemos en que la situación actual propicie una continuidad de estos conciertos líricos que han aportado dinamismo a la oferta de conciertos en Huelva.

Por otro lado, aguardamos que las instituciones y organismos que cuentan con espacios mayores para conciertos den el paso a una programación más allá de nuestras fronteras. En este sentido, la presencia de pequeñas orquestas de cámara que están en candelero y que están rescatando partituras de grandes compositores es un aliciente para el público, informado a través de los medios digitales. Respecto a la música escénica, una ópera o zarzuela al trimestre anima bastante el panorama. Y en el ballet no debe faltar la música en vivo y en directo con orquesta, y no enlatada; si es necesario reducir la orquesta, ¡adelante! pues resulta antiestético prescindir de lo natural  Ante todo hay que aunar fuerzas para que en Huelva no falte esa chispa que había en la cartelería decenios atrás. Nunca es tarde para repescar un acierto. No cabe duda de que lo camerístico y lo sinfónico bien dosificado a lo largo de la temporada devolvería a Huelva el brío que la ha caracterizado en otras temporadas. Aquí hay medios más que suficientes con que evitar que muchos se vayan a otra provincia a escuchar conciertos.

La colaboración de conservatorios y escuelas de toda la provincia es un impulso a la actualidad onubense en música clásica. Sobran ideas entre profesores y alumnos de los que eventualmente se tiene noticia en los medios de comunicación. Vivir la música al margen de los estrictos marcos de un expediente académico hace protagonista al ámbito musical más cualificado.

   Los amantes de la música clásica de Huelva son conscientes de los progresos que se han producido en los últimos diez años. Incorporar nuevo repertorio ha diversificado la oferta cultural hasta redundar en beneficio del gusto que ha habido siempre. Todos demandamos ahora agregar este empeño por que el abanico de géneros se complete y con ello se aprovechen los magníficos espacios de la capital, el Gran Teatro y la Casa Colón, donde se vienen disfrutando los conciertos memorables que igualmente hacen la Historia onubense.

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