Cultura

El poeta de la naturaleza se acerca a los más pequeños

  • Anaya lanza dos libros ilustrados para descubrir la voz de Miguel Hernández a los niños

Miguel Hernández, el poeta de la naturaleza, está un poco más cerca de los niños cien años después de su nacimiento tras la publicación de dos obras en las que se recrea su infancia y las vicisitudes que tuvo que atravesar para cumplir su sueño infantil de escribir poesía.

La responsable de este acercamiento del poeta al mundo infantil es la editorial Anaya, que acaba de lanzar Mi primer libro sobre Miguel Hernández y Miguel Hernández, pastor de sueños, cuyo autor es José Luis Ferris, experto en el poeta alicantino, mientras que las ilustraciones las ha realizado Max Hierro.

La colección Mi primer libro, destinada a niños a partir de cinco años, trata de acercar a los pequeños lectores las obras de personajes célebres españoles y sus hazañas. Así, entre sus títulos anteriores ha homenajeado a autores como Juan Ramón Jiménez, El Cid, Francisco de Goya, Bécquer, Albéniz o Antonio Machado.

En esta ocasión, y con motivo del centenario en 2010 del nacimiento de Miguel Hernández (Orihuela, 1910 - Alicante 1942), la editorial ha querido publicar dos relatos que recrean la infancia del poeta narrados desde la visión de uno de los más reconocidos especialistas en su vida y su obra.

Tanto Mi primer libro como Miguel Hernández, pastor de sueños, dirigido a un público entre 8 y 12 años, reflejan de manera lírica y emotiva los primeros años de la vida de Miguel Hernández y cómo su padre le obligó a abandonar sus estudios para dedicarse al negocio familiar del pastoreo de cabras. Ese hecho no sólo no impidió que el pequeño pastor desarrollara su talento para la escritura, sino que la contemplación de la naturaleza durante el tiempo que cuidaba el rebaño le ayudó a reflejar con palabras la belleza del mundo que le rodeaba.

Pero no sólo describió Hernández las maravillas de la naturaleza, sino que también le tocó narrar las miserias y tragedias de la época que le tocó vivir. Su familia, integrada por un padre serio y gruñón, una madre tierna y buena, un hermano mayor -Vicente- y dos hermanas pequeñas, Elvira y Encarnación, se ve reflejada en ambas publicaciones, así como las entrañables amistades que trabó de niño y para siempre en su Orihuela natal.

Entre ellas cabe citar a Carlos Fenoll, su hermano Efrén Fenoll o Ramón Sijé, futuro ensayista a quien Hernández, de mayor, le dedicaría su célebre Elegía. Entre esas amistades también destaca, como no, Lucera, su cabra favorita.

El autor, José Luis Ferris, es uno de los mejores conocedores de las circunstancias que rodearon su obra y su breve -31 años- pero intensa vida, y en ambos libros ha sabido reflejar cómo en la obra del poeta alicantino su biografía y su poesía están estrechamente relacionadas.

Ferris recrea la infancia de Miguel Hernández en Orihuela y muestra la evolución de un niño curioso y con mucho talento que poco a poco, y para asombro de muchos, se va convirtiendo en un poeta que dejará una huella imborrable en la literatura española. A la narración se unen unas impactantes ilustraciones de Max Hierro, ilustrador salmantino, quien con su particular estilo retrotrae al lector cien años atrás para desvelarle una forma de vivir sencilla y rural, las miserias de la guerra o la belleza de la naturaleza.

A la narración se unen unas impactantes ilustraciones de Max Hierro, ilustrador salmantino, quien con su particular estilo retrotrae al lector cien años atrás para desvelarle una forma de vivir sencilla y rural, las miserias de la guerra o la belleza de la naturaleza. Lirismo y realismo emanan a partes iguales con cada una de sus ilustraciones.

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