Cultura

El perfil arquitectónico de los barrios

  • El Colegio de Arquitectos organiza una visita guiada a Huerta Mena y Barrio Obrero

Huerta Mena y Reina Victoria fueron los barrios elegidos por el Colegio Oficial de Arquitectos para la visita guiada en la ciudad de Huelva, enmarcada en la II Semana de la Arquitectura, patrocinada por Huelva Información. La ruta, que comenzó en Huerta Mena, contó con la participación de los arquitectos Lourdes de la Villa, Natalia Grande y Francisco Vallejo.

Una veintena de ciudadanos acudieron a la cita. El punto de encuentro fue el número 31 de la avenida Federico Mayo, uno de los bloques incluidos en el plan de viviendas sociales auspiciado en los años cuarenta por la Organización Sindical del Hogar y el Instituto Nacional de la Vivienda, cuyo director era Federico Mayo.

Lourdes de la Villa fue la encargada de mostrar las características de la arquitectura civil y residencial de la zona, donde se llevó a cabo el primer plan integrado de la ciudad. Se concibieron los bloques de viviendas, un mercado, un colegio, un espacio destinado a la práctica de deporte y una iglesia. Los terrenos se expropiaron en 1941 a la familia Mena.

El plan se encargó a un grupo de arquitectos: Francisco Sedano Arce, Alejandro Herrero Ayllón, José María Morales Lupiáñez, Juan M. Rodríguez Cordero, Ricardo Anadón Frutos y Francisco Riestras Limeses, y la barriada se construyó entre 1948 y 1958. Aunque tiene diferentes autorías el conjunto residencial, formado por unas mil viviendas, guarda una cierta armonía y se adapta a las características del terreno.

Está concebido de tal manera que todas las habitaciones de las viviendas tienen iluminación natural, incluida la cocina y el baño. Aunque los presupuestos eran mínimos se cuidaron mucho los detalles, como es el caso de los maceteros en las ventanas en las viviendas diseñadas por Alejandro Herrero. De la Villa comentó que para ahorrar costes se optó por manzanas cerradas o bloques en forma de H, y destacó el hecho de que todas las plantas bajas estaban destinadas a viviendas, a lo que añadió que la disposición de zonas exteriores comunes contribuyó a crear entre los vecinos "ese sentimiento de comunidad, de barrio".

De la Villa pasó el testigo a Natalia Grande, que hizo de guía en el Barrio Obrero, construido en el Cerro de San Cristóbal. Fue promovido por la Rio Tinto Company Limited como viviendas para sus empleados. El diseñó se le encargó a los arquitectos José María Pérez Carasa y Gonzalo Aguado.

En el primer proyecto, de 1916, se contemplaban 71 edificios. Posteriormente se contrató a P.H Morgan que modificó el proyecto original, aunque ya se había construido una manzana de cuatro edificios. Morgan unificó el número de habitaciones en las viviendas, un total de tres, e hizo "veinte tipologías distintas de fachada, no hay ninguna igual", indicó Grande, que apuntó que en 1919 se construyeron los 67 edificios restantes y en 1920, la casa del guarda.

Se había proyectado también un casino, un templete para la música y un cinematógrafo, que no se llegaron a realizar.

La arquitecta explicó que en 1923 se proyectaron nuevas tipologías de viviendas. A éstas corresponden once edificios con dos viviendas en la planta alta y dos en la baja con acceso independiente, tres edificaciones con cuatro dúplex y dos con dos viviendas dúplex.

Grande resaltó que desde la parte alta a la baja del barrio hay un desnivel de 20 metros. Las casas, en las que "se une lo británico, andaluz y colonial", eran en alquiler hasta 1987 que se le vendieron a los herederos de los trabajadores de la compañía.

A pesar de estar catalogado el conjunto residencial como Bien de Interés Cultural, pocas viviendas mantienen su imagen original, la gran mayoría de los propietarios han realizado obras. "Se han hecho verdaderas barbaridades", señaló Grande. El arquitecto Francisco Vallejo recordó que José Ramón Moreno redactó un plan especial de protección, que se quedó en avance debido a la falta de acuerdo entre el Ayuntamiento de Huelva y la Junta de Andalucía.

La visita guiada finalizó en la casa del guarda, convertida en cafetería y ejemplo de una acertada restauración, donde los participantes tomaron un refrigerio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios