Cultura

El padre de familia

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'Everybody´s fine'.- Producción: Estados Unidos, 2009.- Duración: 100 minutos.- Dirección: Kirk Jones.- Guión: Kirk Jones basado en el guión de Massimo de Rita, Tonino Guerra y Giuseppe Tornatore para la película 'Stanno tutti bene'.- Fotografía: Henry Braham.- Música: Dario Marianelli.- Montaje: Andrew Mondsheim.- Intérpretes: Robert de Niro, Drew Barrymore, Kate Beckinsale, Sam Rockwell, Katherine Moenning, Melissa Leo, Lucian Maisel, Damian Young, James Murtaugh

Esta película no hace más que reafirmar la crisis creativa de Hollywood, que a falta de imaginación recurre a las nuevas versiones, los remakes, las secuelas o continuaciones. Aquí vuelve a una costumbre un tanto anticuada: copiar viejos éxitos europeos, como aquel bello film de Giuseppe Tornatore que fue un éxito en 1990 y que llevaba el mismo título del que hoy nos ocupa. Nada cambia y toda la estructura argumental es la misma, lo que ocurre es que trasladar la Italia de los 90 a través de la visión de un padre de familia viudo a los Estados Unidos de nuestra época, no parece tarea fácil. Imagínense cuanto cambian las cosas en paisaje y en paisanaje, que solemos decir aquí.

Y así tenemos a un jubilado, Frank Goode, viudo desde unos meses atrás, que trata de reunir a sus cuatro hijos en casa un fin de semana. Sin embargo cada uno de ellos encuentra una excusa para faltar a la cita. Frank no se resigna a ese encuentro y tomando su maleta se dirige a cada una de las ciudades donde residen sus hijos y visitarlos uno a uno. La artimañas de estos para eludir esa cita con el padre, siempre muy exigente con todos, van a acabar descubriéndose. Realmente la única que los conocía bien era la madre. Pero ellos se han hecho mayores y en sus conductas, como en las de todo el mundo, hubo buenos y malos comportamientos. El padre deduce que ha vivido una realidad engañosa respecto de sus hijos y lo equivocado de su actuación como padre. En el fondo lo que se trata es de afianzar el sentido de la familia que, lógicamente, presenta en muchas ocasiones serias dificultades.

Quizás la mayoría que recuerde la película de Giuseppe Tornatore evocará con nostalgia una buena actuación más del inolvidable Marcello Mastroianni, el padre de aquella enternecedora historia. Pero no se puede decir que Robert de Niro, un tanto estancado en sus últimas actuaciones, no haya puesto todo su gran talento al servicio de un personaje que tenía un antecedente notable al que ha impuesto su peculiar personalidad con un muy característico tono de soledad y falta de comunicación con sus hijos. Se puede asegurar que sale airoso del reto gracias a sus recursos interpretativos. Lo que es más evidente, dentro de su expresiva influencia felliniana, es su acercamiento a ese tono melodramático, sentimental y hasta propicio a la lágrima de esta versión de Kirk Jones a la que sin embargo le faltan otras emociones y sentimientos.

Todo funciona correctamente en su puesta en escena y en la articulación de esos encuentros paternofiliales, algunos más inspirados que otros. Quizás se vea un tanto comprometida esa edulcoración final pese al tono que viene pesando de cara al desenlace del relato. Buena parte de la acogida favorable a esta versión de Kirk Jones, director británico con una filmografía tan poco relevante como Despertando a Ned (1998) y La niñera mágica (2006), se centra en la buena actuación de sus intérpretes. Destacada ya la de Robert de Niro, que se recupera brillantemente del ostracismo reciente de trabajos menos afortunadas, hay que distinguir también muy positivamente las intervenciones de Drew Barrymore, Sam Rockwell y Kate Beckinsale. La novedad reside en los cambios inevitables sobre las situaciones familiares, sentimentales y profesionales de los hijos, incluidas la dudas personales de la hija sobre su propia identidad.

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