Cultura

El nuevo maná

Multicines La Dehesa-Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, CineVips Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Ayamonte y Punta Umbría.- T.O.: 'Cloudy with a chance of meatballs'.- Producción: Estados Unidos, 2009.- Duración: 90 minutos.- Dirección: Phil Lord y Christopher Miller.- Guión: Phil Lord y Christopher Miller basado en un libro de Judi Barrett con ilustraciones de Ron Barrett.- Música: Mark Mothersbaugh.- Diseño de producción: Justin Thompson.- Intérpretes: Animación

Es evidente que en esta tumultuosa invasión de producciones realizadas en 3D, para salas donde se puedan proyectar las películas en este formato, la más acusada intención radica en abundar en elementos que agudicen los efectos, generados por ordenador, que más impresionen a los espectadores. Para quienes así vean Lluvia de albóndigas y para quienes sólo puedan visionarla en el sistema habitual, la película tiene ingredientes bastante estimulantes y sin precedentes para quienes tengan un buen paladar y un apetito generoso. Aunque también puede provocar la saciedad en vista de la catarata de alimentos que se produce en ciertos pasajes de la película.

Ésta es la historia de Flint, un inventor cuyo mayor empeño en su larga vida dedicada a este oficio, ha tratado de lograr algo que mejore la existencia de las personas. Tras un laborioso trabajo de investigación da con el invento tan ansiado: una máquina capaz de convertir el agua en suculenta comida. Sin duda se trata de un descubrimiento extraordinario que causa general beneplácito. Hasta que una auténtica cascada de alimentos de extraordinarias proporciones llega a suponer una auténtica pesadilla para todos.

Phil Lord y Christopher Lloyd, más que adaptar el libro Cloudy with a Chance of Meathalls, publicado en Estados Unidos en 1978 con textos de Judy Barrett e ilustraciones de Ron Barret, se inspiraron en él para establecer ciertos giros sobre el argumento original que proporcionaran mayor viveza al relato, teniendo en cuenta el diseño en 3D y la perspectiva tridimensional de las imágenes. De ahí que Chris Miller, responsable del Shrek 3 (2007), y Phil Lord con su debut en el largometraje, hayan optado por una posición más divertida, abordando una especie de parodia del catastrofismo cinematográfico que surge especialmente en el cine de Roland Emmerich, en los casos de Independence day (1996), El día de mañana (2004) o el mismísimo 2012 (2009), que tenemos en cartel, y que son directamente proclives a poner en solfa.

Lo que sí se agradece a guionistas y realizadores de esta película es haber dotado de una gracia, de un encanto muy particular y entrañable a sus personajes, singularmente al dinámico inventor, Flint Lockwood, un tipo que recuerda a muchos de los tradicionales personajes de la animación pero con personalidad propia. Lo son también otros de los especímenes que aparecen en tan jocosa historia. En todo hay un perfil desenfadado, irónico, que agudiza su crítica en la desmesura de ciertos inventos científicos, en el consumismo compulsivo, las relaciones generacionales y otros aspectos de la sociedad actual. Con lo cual y como ya es habitual en la animación, hay guiños muy significativos para los espectadores maduros.

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