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Con la miel en los labios

ANTOLOGÍA DEL CANTE FLAMENCO

*Cante:Jeromo Segura Guitarra: Jesús Guerrero. Palmas: Los Melli Percusión: José Carrasco.*Guitarra: Manuel de la Luz Palmas: Los Melli. Voces: Hermana Molina Flauta, armónica y guitarra: Fran Rosa. Percusión: Lito Máñez. Piano: Miguel Bermúdez. *Cante:Marina Heredia Guitarra: José Quevedo Bolita, Miguel Ángel Cortés. Percusión: Paco González Palmas: Fita Heredia y Víctor Carrasco. Lugar: Escenario Quitasueños. Barrio Obrero. Fecha: Viernes 7 de octubre. Aforo: Libre, en espacio público.

Todo hacía presagiar lo que en ciernes se fraguaba, y no era ni más ni menos que un rotundo éxito de público y gran notoriedad artística de los que pisaron el escenario.

Ya desde fechas muy tempranas del pasado mes de septiembre se venía barruntando una gran expectación por el proyecto que el área de cultura municipal de Huelva estaba dando a conocer, como era el Primer Festival Flamenco Ciudad de Huelva. Y en efecto, previa presentación a todo el mundo flamenco y contando con todos los parabienes de la afición ayer, día siete, comenzó su singladura de esta nave que, por lo visto y oído la noche del viernes le auguramos una feliz travesía y un no menos afortunado atraque en el puerto de las cosas bien hechas.

Este Festival ofrece una maqueta que contempla el mediodía y la noche; con sus correspondientes actuaciones de Peñas, en el meridiano del día, así como de artistas consagrados en las horas más próximas a la anochecida. Y precisamente a esas horas comenzó en su primera jornada el espectáculo en una ideal ubicación, dentro del histórico Barrio Obrero y denominado por la Organización como Quitasueños, evocando al desaparecido Festival que durante varias ediciones vino celebrándose en ese mismo espacio.

Las ocho de la tarde fue la hora señalada para que subieran a las tablas un elenco artístico interpretativo, todos en torno a tres grandes del flamenco actual. Para este fin estaban en nómina los onubenses Jeromo Segura, Manuel de la Luz y la granadina Marina Heredia.

El primero fue Jeromo, que con la guitarra de Jesús Guerrero, la percusión de José Carrasco y las palmas de los Mellis fue desgranando un repertorio de seis cantes a los que imprimió, como nos viene acostumbrando cada vez que lo escuchamos, la cualidad de enriquecer más y mejor lo que hace, por su jondura y compás. El cante por tangos abrió plaza, para seguir con la soleá y las cantiñas. Se adornó de seguido con la malagueña, abrochada con las rondeñas y el fandango de Cayetano Muriel. El cante festero vino a continuación a través de la bulería para concluir su memorable estancia en el escenario con unos cantes por Huelva, como no podía ser de otro modo. Como dije al principio, este flamenco siempre me impacta por su trayectoria ascendente en el conocimiento de lo que hace y el ritmo que le imprime.

La noche iba avanzando y nos ofreció de seguido los compases de la guitarra de Manuel de la Luz acunados por la palmas de los Mellis, las voces de las hermanas Molina, Helga, Olivia y Carmen; la flauta, armónica y guitarra de Fran Roca; la percusión de Lito Máñez y el piano de Miguel Bermúdez. De obligado cumplimiento es mencionar a esos tremendos artistas del acompañamiento que son Los Mellis con su forma de hacer palmas pausada y precisa que engrandecen a quienes acompañan. Tampoco se quedan atrás esas tres hermanas Molina con la miel que imprimen a todo lo que cantan. Una auténtica bendición.

Todos ellos hicieron que brillaran con luz propia y notoria las maravillosas manos de Manuel acopladas a su guitarra que nos cautivó con sus incursiones de vanguardia en el toque por solea, bulerías, granaina y en la composición de la feliz novedad en el cante alosnero que interpretaron las hermanas Molina. Emocionó al respetable cuando hizo especial mención a Paco Toronjo y a Niño Miguel de quien se acordó sacándole a su sonanta el famoso Vals creado por el tristemente desaparecido guitarrista.

Y con la miel en los labios enfilamos, al filo de las once de la noche, el epílogo de la velada flamenca vivida entre las casas victorianas de la barriada inglesa onubense.

Para tal cometido tuvimos la belleza y el buen hacer de Marina Heredia. Esta joven mujer granadina es hija de Jaime Heredia El Parrón, gitano flamenco que lleva en la masa de la sangre los cantes raciales de su gente del Albaicín y del Camino del Sacromonte granadino. Precisamente él actuó anoche, de acompañante con su hija en varios cantes. Ambos venían acompañados por las guitarras de José Quevedo Bolita y Miguel Angel Cortés; la percusión de Paco González y las palmas de Fita Heredia y Victor Carrasco. Ambos hicieron al alimón cantes por solea, toná, petenera sefardí y media granaina. Él hizo la cantiña y la siguiriya. Ella nos deleitó con la caña, la malagueña, las bulerías de Adela la Chaqueta y el cante por tantos, tan típicos y propios de su Granada natal.

Todo este hermosísimo espectáculo estuvo dirigido y presentado ejemplarmente por un veterano maestro del flamenco onubense. Me refiero claro está a Eduardo Fernández Jurado. Fruto de una exhaustiva e intensa documentación, fue desgranando, de manera clara, pormenorizada y precisa, los perfiles artísticos y humanos de cuantos subieron al escenario. Se lo trabajó bien y el respetable se lo reconoció en cada exposición que hizo.

Y esto es todo cuanto aconteció. Que no fue poco y que nos llenó de buenas sensaciones a cuantos asistimos a esa primera noche de esta primera edición del Festival Flamenco Ciudad de Huelva.

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