Hace sólo unos días que el guitarrista Santiago Lara y la bailaora Mercedes Ruiz rindieron homenaje con su espectáculo en la Bienal de Sevilla a un disco flamenco imprescindible, Tauromagia. Fue, más bien, un tributo a uno de los más grandes, Manolo Sanlúcar, maestro de la sonanta y adalid de la cultura andaluza y del flamenco como expresión cultural máxima de la tierra nuestra.

A ello dedicó el genial guitarrista gaditano su conferencia de ayer en la Casa Colón, De nuestra música, nuestra cultura, una cuestión pendiente. Lleva ya años Manolo Sanlúcar impartiendo también su magisterio en charlas como ésta, con la que pide atención y cuidados para el flamenco, como seña de identidad inequívoca, y como él mismo se encargó de realizar en su gran proyecto audiovisual hace dos años, La guitarra flamenca de Manolo Sanlúcar, convertida en una suerte de biblia para la posteridad.

Ha ganado peso en esta tercera edición el carácter global de un festival como el Ciudad de Huelva, en el que el flamenco va más allá de una programación de actuaciones, como el miércoles se vio con el gran acto de presentación de la obra discográfica El día que yo embarqué, de Pepe Sanz.

No se pierde, en cualquier caso, el ambiente inigualable que dejan las peñas en su corrala particular de la Casa Colón al mediodía, ayer con La Soleá, El Higueral y Trigueros. Y menos aún con las actuaciones centrales del día en el Gran Teatro, al caer la noche.

La de ayer tuvo como protagonista a la cantaora granadina Estrella Morente, uno de los nombres cabeza de cartel de este año, acompañada en el escenario por el guitarrista cerreño Joaquín Brito y el onubense Juan Carlos Roca.