Cultura

El huracán que logró eclipsar a Lorca

  • Acercamiento al ensayo del profesor de la UCA Alberto Romero Ferrer sobre Lola Flores. El escrito ha ganado el I Premio Manuel Alvar, que se entregará el próximo 6 de mayo en Sevilla.

La artista flamenca más importante de todos los tiempos. Así define el profesor de la UCA Alberto Romero Ferrer a Lola Flores. Ha sido el encargado de escribir un ensayo sobre la figura de la reconocida artista jerezana que ha resultado ganador del l Premio Manuel Alvar, concedido por la Fundación Cajasol y la Fundación José Manuel Lara, de Estudios Humanísticos 2016, galardón que recogerá el próximo 6 de mayo en el transcurso de la cena literaria que se celebrará en el Real Alcázar sevillano.

 

En palabras del profesor, “este era un proyecto labrado hace muchos años, en el que se mezcla el gusto y la fascinación por la figura de Lola Flores. Ella era una artista que gustaba a mis abuelos y recuerdo haberla escuchado y disfrutado mucho, tanto en discos como en teatro. Poco a poco fui acumulando información sobre su figura, carteles de sus actuaciones, recortes de prensa, publicaciones sobre sus conciertos y sus bolos... Todo estaba listo a la espera de un discurso literario que los pusiera en relación. Así, hace poco pensé en hacer un trabajo sobre la historia del teatro español y vi la oportunidad de poner en diálogo la figura de la jerezana con carácter académico”.

 

Así pues, este trabajo sobre Lola Flores arroja luz, sobre todo, en el papel de la cantaora como animal artístico en el mundo del teatro, “que fue lo que verdaderamente la lanzó al estrellato. Luego vino el cine, la televisión y la copla, pero lo primero fue el teatro”. El debut de la jerezana fue, como no podía ser de otra forma, en octubre de 1939 sobre las tablas del Teatro Villamarta.

 

Lo que sí tenía muy claro Romero Ferrer es que el eje desde el que iba a partir su estudio era lo más alejado posible “a esa imagen que trascendió durante sus últimos años. Del show televisivo que, ojo, forma parte del personaje. Es símbolo de esa frescura personal que cautivaba y conseguía esa cercanía con el público. Pero yo quería rendir homenaje a su figura como artista, donde tenía un talento profundo y complejo en un discurso flamenco que podría pasar hasta por antropológico”.

 

El profesor de la Universidad de Cádiz habla de La Faraona con pasión, respeto y cariño en un discurso donde trata de “quitar el polvo y arrojar una nueva luz sobre una de las artistas populares más importantes del siglo XX”, confiesa Romero Ferrer antes de hablar del punto de partida de Lola Flores, “en sus inicios tabernarios, donde se hizo popular muy pronto y tuvo un éxito meteórico. Hay que tener en cuenta el contexto de los años 40 donde una mujer, en un palo tan marginal entonces como el flamenco, se hizo conocida. Ella fue transgresora con todo en su tiempo y llevaba a Jerez allá por donde iba”. 

Luego, durante la Transición, vivió la parte más dura de su carrera, “creo que fue usada como chivo expiatorio de todos los males del Franquismo –cuenta el escritor del ensayo–. Cuando a ella la sientan en el banquillo por el tema de Hacienda, la están sentando por quién es y lo que representa. Lo que importa es que incluso de eso salió airosa y aún más popular”.

Pero ¿qué tenía Lola Flores que su figura aún hoy sigue suscitando el misterio? Para Alberto Romero Ferrer es “su impostura flamenca relacionada con Jerez. Ella era muy inteligente y se dio cuenta de su ventaja sobre las muchísimas artistas de la época y marcó la diferencia. Ella se disfrazaba de flamenco, porque no era gitana, pero hizo de esa cultura algo suyo y eclipsó a todo el cartel artístico de la época”. “Sus gestos exagerados e histriónicos, su cante, su baile... todo la hace merecedora de cualquier homenaje”, dice el profesor, contrario a aquella famosa afirmación del New York Times que decía de Lola: ‘Ni canta ni baila, pero no se la pierdan’.

Entre las claves de su legado está también “que fue la mejor recitadora de García Lorca. Ella, no sé si consciente o inconscientemente, aunque yo me inclino por lo segundo, recoge el testigo lorquiano y lo actualiza en la posguerra. Es otro mérito que fuera la primera artista que se atreviera a grabar a Lorca en época de Franco; y más mérito aún que en el primer gran homenaje al poeta, ya en tiempos de Felipe González, ella cerrar el recital en el Teatro Español. Logró romper con todo lo establecido en todas las épocas donde le tocó vivir, y eso le honra muchísimo”.

La libertad también fue de importancia durante su carrera, “era muy difícil ser libre en la España de los años 50, y ella lo era. Decía Paco Umbral que Lola Flores había hecho más por la mujer que feministas de la talla de Carmen Martín Gaite o Ana María Matute. Ella mostró que la mujer podía estar donde quisiera estar, hasta en eso fue transgresora”.

Este ensayo en formato de libro verá la luz a finales de mayo, a pesar de que Romero Ferrer asegura que “no hay ni fecha ni título aún, pero estamos ahí. Estoy deseando compartir esta obra con todo el mundo”. 

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