Cultura

Aquel grito de rebeldía

  • Una exposición celebra los 50 años del Teatro Estudio Lebrijano, un hito en la historia de la dramaturgia andaluza, una iniciativa que quiso "hablar a la gente de sus problemas"

José García Castro era apenas un muchacho de 16 años cuando empezó a asistir a las reuniones del Teatro Estudio Lebrijano. Aquella iniciativa fundada por Juan Bernabé, que empezó como un punto de encuentro de aficionados que leían obras de la hondura moral de Los justos, de Albert Camus o Todos eran mis hijos, de Arthur Miller y que acabaría siendo un capítulo decisivo en la historia de las artes escénicas en Andalucía, ensanchó los horizontes de aquel chaval que estudiaría Medicina y se dedicaría a la cirugía ortopédica, pero que tendría ya por siempre el teatro como "la ilusión de mi vida". La inauguración, este jueves a las 12:00 en la Sala de Exposiciones Efe de Lebrija, de la muestra El compromiso de un pueblo. 50 años del Teatro Lebrijano, organizada por la Asociación Juan Bernabé que preside José García Castro, será "el pistoletazo de salida" para los actos de celebración de los 50 años de una compañía que hizo historia defendiendo, con un lenguaje renovado, la dignidad del hombre.

El programa de actividades, que contempla mesas redondas, un documental de Nonio Parejo y un libro de Raúl Limón y Alfonso García,"no se ha hecho para que nos miremos el ombligo. Nosotros teníamos el compromiso de hablarle a la gente de sus problemas, de aportar algo a través de la cultura, poner en valor la identidad del pueblo andaluz", argumenta García Castro, "y queremos que las nuevas generaciones sepan que hoy están en una sociedad libre y pueden expresarse, pero que antes se vivía en la opresión", añade.

Entre las líneas en las que se trabajará está el recuerdo a Oratorio, aquel mítico montaje que escribió Alfonso Jiménez Romero y que introducía el flamenco como un poderoso elemento dramatúrgico. "Fue José Monleón quien sugirió a Juan Bernabé que a ese espectáculo violento, de rebeldía, le iba muy bien el flamenco", sostiene García Castro sobre aquella producción que triunfó en el Festival de Nancy y que abriría una senda por la que transitarían Salvador Távora y La Cuadra de Sevilla. Sobre aquella pieza legendaria elaborará Pepa Gamboa "una creación dramática sobre lo que significó Oratorio y la huella que le ha dejado".

La exposición, que se verá además de en Lebrija, en otras ciudades de Andalucía, en Mérida, Madrid y Barcelona "y queremos que en Francia y Alemania", recorre el breve pero intenso camino del Teatro Lebrijano -la muerte de Bernabé, en 1971, truncó el porvenir de la propuesta- sirviéndose de un material abundante. "Es curioso que fuéramos una compañía de teatro independiente y que reuniéramos un archivo tan grande", afirma García Castro sobre unos fondos que hoy conserva el Centro Andaluz de Documentación de las Artes Escénicas. Carteles, fotografías -muchas de ellas de Mario Fuentes- y otros documentos rememoran episodios como las campañas de teatro popular con las que, en la estela de La Barraca o las Misiones Pedagógicas, "íbamos a los campos subidos en un remolque. Llevábamos el teatro a la gente, pero no sólo eso: luego, hacíamos asambleas para que los espectadores nos contaran cómo era su vida, la vida del pueblo".

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