Festival de Cine de Huelva | Premio Luz

“Lo que me gusta de este trabajo es aprender”

  • La actriz Ingrid García-Jonsson se muestra al natural a su llegada: “No pienso que tenga fama”

Ingrid García-Jonsson no cree que sea famosa ni musa de nadie. Ni siquiera de su generación, la millenial, de la que se considera orgullosa miembro aunque reniegue de las etiquetas que le asignan. Lo hace con total naturalidad, sin desprecio, mostrándose como es, con naturalidad, como ayer se dejó ver en su encuentro con la prensa a su llegada a Huelva. A fin de cuentas, dice, sólo es una chica a la que le gusta pasear a su perro todos los días.

Dio para mucho esa comparecencia de ayer al mediodía, en la que confesó la sevillana, sueca de nacimiento (Skellefteå, Suecia, 1991), que esta tierra es muy especial para ella. “Todos los veranos de mi vida los he pasado en Huelva, con mi familia, con mis primos, con la gente que quiero mucho”.

Hubo más confesiones. Entre los estudiantes de Imagen de Bachillerato que había en la sala, aseguró que lo que le gusta de su trabajo es “aprender”; hacerlo de todos cuantos se rodea, porque “más voy a crecer como persona”. Por eso le cuesta nombrar compañeros con los que le gustaría compartir reparto: “Lo bueno de esta profesión es conocer gente porque de todos se aprende. Cuanta más gente conozca, mejor”. Afinando un poco el deseo, “trabajar con chicas jóvenes de mi edad, todas las que compartimos problemática y situaciones vitales”.

A esos estudiantes de la audiencia Ingrid García-Jonsson les animó a ponerse a trabajar cuanto antes: “Los estudios audiovisuales son guays pero no sirven de nada. Poneos ya a currar”.

Dice la actriz que el Premio Luz que le concede el Festival de Huelva le ha sorprendido, aunque lo aprovecha para mirar atrás, “que ya he hecho bastantes películas”. “Es como una palmadita en la espalda que me dice que estoy haciendo las cosas bien en las decisiones conflictivas a las que continuamente me enfrento”.

Cine iberoamericano

No le resulta ajeno el marco de este certamen, que para eso ya ha hecho cine en Argentina y sabe de qué va el cine iberoamericano: “Lo siento muy ligado a mí y a mi carrera”. Reconoce un “espíritu similar” a su forma de afrontar los nuevos proyectos, en cuanto a “derribar fronteras de todo y apostar por la unión de las personas”.

Puestos a desear, a seguir profundizando en este cine, se apunta con el director uruguayo Álvaro Brechner, presente ayer en la gala, y con el chileno Sebastián Lelio, otro descubrimiento de Huelva. Aunque siempre tendrá hueco para Jaime Rosales, quien le dio su gran oportunidad en su segunda película, Hermosa juventud, puertas de Cannes abiertas.

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