Cultura

La duquesa confiesa que sus hijos impidieron la boda

  • Cayetana de Alba concede una entrevista exclusiva a '¡Hola!' en la que reconoce que tuvo la intención de contraer nupcias con su íntimo amigo Alfonso Díez. Asegura que los dos estuvieron "llenos de ilusión" preparando el enlace truncado por la familia.

Hace unas semanas saltaron chispas en los medios del corazón al surgir los rumores de una posible boda entre la duquesa de Alba y Alfonso Díez, un amigo íntimo amigo de 57 años. Los rumores se han confirmado plenamente con la entrevista que la noble ha concedido a Hola, que llegaba ayer en los quioscos.

El secretismo que la pareja había tenido sobre esa relación hizo que a lo largo de estos días estivales pocos creyeran en ese enlace y pensaran que no eran más que habladurías sin fundamento.

Cayetana ha dado la cara y ha admitido a la revista que todo ha sido verdad y que tanto ella como Alfonso estaban preparando su boda. Fueron los hijos de la duquesa los que le prohibieron llevar a cabo esa idea. "Es cierto que tuve la idea de casarme, los dos la tuvimos y estábamos llenos de ilusión", asegura la protagonista. Cayetana afirma que su relación sentimental continúa a pesar de todo.

Según explica, todo comenzó tras la muerte de su segundo marido, el ex sacerdote Jesús Aguirre. "Yo me sentía muy sola desde la muerte de Jesús y me fui interesando por Alfonso. Cuando conoces a alguien y te gusta acabas enamorándote un poco y yo me llegué a enamorar de él", revela en la entrevista.

Alfonso Díez se trata de un amigo que conoció a través del propio Jesús y con el que trata desde hace treinta años. Un tiempo que se hace demasiado extenso para que ese vínculo hubiera pasado desapercibido a los "cronistas especializados" hasta este verano. La duquesa reconoce que fue "hace poco" cuando se empezó a fijar en él de otra manera y entonces fue cuando Alfonso a su vez le confesó que llevaba enamorado de ella desde hacía mucho tiempo. "En un momento dado Alfonso me confesó lo que había sentido por mí durante estos años. Al principio cuando me lo dijo, creí que estaba loco, después me impactó: una cosa así llena de orgullo a cualquier mujer", afirma ahora.

Pero toda esta historia de amor se vio truncada de inmediato por los hijos de Cayetana. Los hermanos se reunieron en Madrid tras conocer el anuncio que había hecho su madre y decidieron que la decisión no era la adecuada. La varias veces grande de España entonces tuvo "que aceptar la decisión familiar". "¡Que remedio! Me volví atrás por mis hijos, vi que todo iba a ser muy complicado", reconoce la duquesa, quien confiesa que se "enfadó bastante" con ellos, por su incomprensión.

Cayetana, tira hacia adelante y detalla a la revista que la decisión de su prole se debe a que consideran que Alfonso sólo quiere "la posición de Cayetana". En este sentido, la protagonista defiende a su pareja: "Alfonso no es un interesado, tiene su trabajo y está dispuesto a firmar un documento diciendo que no necesita nada de la Casa de Alba, sólo a la persona que lleva los títulos", parece declarar al periodista con cierto reproche y desencanto la duquesa.

Ante esta situación, también ha querido hablar, para la revista Semana uno de los hijos de la Duquesa, Cayetano Martínez de Irujo, quien señaló que los hermanos permanecen "unidos" y que no van a hablar de su madre "por tres motivos", detalló: "es mayor, es la duquesa de Alba y es nuestra madre" zanjó. Desde hace días, tal y como publica también Diez minutos, Cayetana pasa sus vacaciones en Ibiza junto a su ex nuera Genoveva Casanova y con la familia de su hijo Jacobo, por lo que, parece, estos hechos no han estropeado la relación entre madre e hijos.

Tampoco estaba de acuerdo con el enlace la mejor amiga de la Duquesa, Carmen Tello, esposa del maestro Curro Romero, quien declaró a la publicación que "gracias a Dios la boda" se había anulado. Tello también veía malas intenciones en Díez.

La noticia ha terminado de confirmarse y la polémica ha terminado de estallar para dar paso a comentarios de toda índole entre los cronistas. La opinión pública se divide en dos bandos: los que dan libertad a la duquesa y los que piden responsabilidad a la noble, pensando en sus hijos y en el patrimonio que legaría a su fallecimiento.

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