Si alguien ha pensado sobre el personaje eso de qué hace un chico como tú en un sitio como este, se equivoca. Lo hace porque Espartaco tiene dentro un pregón precioso a punto de salir al aire de la tarde onubense. Seguramente, lo dice él, también se equivocará quien vaya predispuesto a ver a alguien que no sea Espartaco. Al cabo de la calle, aquel chiquillo que veía pasar viajando los esportones de toreros camino de Huelva está a punto de romper el segundo tabú de su vida personal: ser pregonero de una feria a la que arrasó con pasión las tardes de Colombinas. De esas tardes en la que la provincia entera se pasaba por la taquilla de la plaza como un interminable hormigueo de afición De todo eso, y algo más, va esta charla con Juan Antonio Ruiz Román, el próximo pregonero de Colombinas.
-¿Pensando en qué ?
-Ufff, esto es un lío, Paco. Hombre, es una cosa muy bonita, pero para mí es un lío porque no tengo ni idea de pregón, no he escrito nada, no sé ni lo que voy a decir, en fin. Cuando se me propone no digo un no radical porque eso no puedo hacerlo yo cuando se me pide algo para Huelva, pero sí dije que no era el hombre adecuado para dar un pregón, más que nada por respeto a toda esa gente que ha hecho el pregón estos años y particularmente a esa gente que sabe, porque yo no tengo ni idea.
-¿En qué está pensando sobre ese día? ¿Cómo piensa que debe ser?
-Pues hablar bien, dar una expresión amplia de lo que significan Huelva y las Colombinas; no sé, creo que es todo eso. Que es verdad que yo lo voy a dar todo, que voy a contar cosas desde mi experiencia y desde el corazón, pero hay gente que está mucho más capacitada que yo para hacer esto y esa es mi única gran preocupación, que la gente espere de mí a un pregonero al uso y no lo encuentre. No soy universitario, el tiempo que tuve para estudiar lo dediqué a sacar a mi familia adelante y no tuve esa oportunidad de estar hoy más preparado para este tipo de situaciones. Yo no soy Vargas Llosa…
-Tampoco Vargas Llosa es torero….
-Ya, hombre. Yo soy un chaval que quiso ser torero, que tuvo unos sueños, que gracias a Huelva los pudo cumplir y en base a eso hablaré de mis experiencias y de lo que yo pueda llegar a sentir, que eso sí es sincero, por esta tierra. Me preocupa que algo que sí pude lograr como torero cuando venía a torear esta feria no lo vaya a lograr ahora como pregonero, que es no estar a la altura de lo que Hueva se merece.
-Pues habrá que ponerse torero, Juan.
-Lo que sí tengo claro es que después de decir que sí, he tirado para adelante y que sea lo que Dios quiera. Diga lo que diga, bien dicho, regular dicho, mal dicho, delante, detrás, diciéndolo de una manera o de otra, lo que tengo claro es que lo voy a decir con todo mi corazón y cariño.
-Cuando hay una relación de toda la familia Espartaco, que no es fortuita, seguramente que la vida lo hace por algo.
-Lo tengo claro. Y además todo el mundo sabe lo que significa Huelva para mí y que mi carrera está basada en Huelva, porque fueron mis primeros sueños. Luego, indudablemente, me ayudaron en muchísimas plazas; Sevilla ha sido mi talismán toda la vida, perfecto, pero tengo que reconocer que mi sueño era Huelva y por las circunstancias que fuesen terminó siendo así. Eso es lo que quiero contar, si los nervios no me traicionan, lo que quiero decirle a Huelva en ese pregón. Quiero contar mi historia y lo que esta tierra ha significado en la vida de mi familia. De ahí para adelante habrá gente que diga qué cosa más bonita y otra que piense, vaya tela el pregonero que han traído este año.
-De cualquier forma no deja de ser apasionante que una ciudad que antes le cantó como torero más de treinta ferias, le deje ese sitio importante desde el que decirle cosas de una vida.
-Pues fíjate, este año se cumplen cuarenta años desde que toreé en Huelva; cuarenta el año que viene de mi alternativa y la verdad es que estoy muy, muy agradecido a Huelva. Hubiera sido más fácil si alguien me hubiese ayudado a escribir cosas, o leerlas desde donde esté, pero si algo tiene que decirle Espartaco a esta ciudad eso tiene que salir necesariamente del corazón y en ese momento único que me deja hacerlo un pregón, porque esta es una tierra importante por sí misma en todo lo que tiene.
-Cuentan que el primer entradón de la feria es el día de su pregón. No hay localidades ya y los amigos se han comportado.
-(Ríe el torero). Espero que esté todo el mundo porque si se atranca el pregón tendrán que estar ahí al quite. Bromas aparte, sé que estos nervios que tengo son la responsabilidad de que para mí Huelva es especial y me siento bien, pero eso exige que estas ocasiones te dejen ese miedo a no estar a la altura de esa gente que tanto te quieren y te respetan.
-¿De aquellas tardes de venirse a Huelva con la temporada a cuestas, agosto, un mes duro, la más difícil, cuál fue?
-Nunca fue Huelva una tarde complicada, agria. Nunca. Venía con una felicidad tremenda porque aquí era donde yo volvía a coger aire para lo que quedaba después. Huelva era como mi equilibrio. Lo que más pesaba era la responsabilidad, pero yo era feliz en esta plaza y la disfruté mucho.
-Su debut pregonero….
-Pues sí. Como pregón sí. Y me lo han pedido desde muchas partes, me han insistido de otras y siempre he dicho no. Pero ha llegado Huelva y a Huelva no podía decirle que no.
-Juan, ¿y en casa que le han dicho?
-(Sonríe Espartaco)… Están preocupaos. Me animan pero me ven pensando y mis hijos me tiran siempre para adelante con eso de "no te preocupes, cuenta lo que siempre nos has contado a nosotros de Huelva y seguro que te entienden".
-¿Y el otro Espartaco qué dice?
-A mi padre le gusta esto, qué voy a hacer. Huelva es su debilidad. Estoy seguro de que mis padres van a querer estar ese día, que van a venir, pero no quiero tenerlos en primera fila porque seguro que me van a traicionar las emociones y ya te digo que entonces no termino el pregón.
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