Cultura

El conflicto iraquí llega a la Mostra

  • Kathryn Bigelow presenta en la sección a concurso 'The hurt locker', película lastrada por una visión excesivamente parcial, la norteamericana, de la guerra

La directora Kathryn Bigelow presentó ayer en la Mostra veneciana su último trabajo, The hurt locker, otra película estadounidense sobre los monstruos que genera cualquier conflicto bélico, en este caso el de sus adictos. El filme, que compite por el León de Oro a la mejor película, muestra el trabajo de una brigada estadounidense de desactivación de explosivos -formada por los actores Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty y Christian Camargo- desplegada en Iraq.

Sin embargo, como suele ocurrir en las películas made in USA sobre la guerra, The hurt locker se dedica sólo a una parte del conflicto, la estadounidense. Bigelow lo reconoció en la rueda de prensa cuando explicó que ha tratado de "suplir la falta de información que existe sobre la guerra de Iraq en los medios de comunicación estadounidenses" y, para ejemplificar su afirmación, añadió que "de los 4.000 soldados muertos, sólo se ha visto una docena de fotografías". En cuanto a los iraquíes, en The hurt locker son extras, en este caso muy malos, pues la mayoría no hace más que colocar bombas.

También se vió ayer en la Mostra Gabbla, con la que el francoargelino Tariq Teguia intentará hacerse con el León de Oro a la mejor película. El filme muestra a un topógrafo, Malek, interpretado por Abdelkader Affak, que tiene la misión de informar acerca de la prolongación de una línea eléctrica, pero que una vez en el lugar encuentra a una inmigrante clandestina y quiere ayudarla a cruzar la frontera camino de España.

La Mostra, que ayer concedió su León de Oro al mejor corto a Tierra y pan, del mexicano Carlos Armella, también exhibió, aunque ya fuera de concurso, Una semana solos, historia ambientada en un hermético barrio de Buenos Aires y dirigida por la cineasta argentina Celina Murga, y la versión restaurada del musical psicodélico Yuppi Du, dirigido e interpretado en 1975 por Adriano Celentano. La película, en la que también aparece Charlotte Rampling, es para el cantante "un grito a la alegría por el amor de una mujer y un grito de dolor por la violencia contra las mujeres".

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