Encuentro intergeneracional en el centro de participación activa Mora Claros con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores. Alumnos de 3º de Primaria del colegio de las Agustinas acudieron ayer al emblemático edificio, donde vivieron una intensa mañana. Los mayores enseñaron a los pequeños, con edades comprendidas entre los 8 y los 9 años, la historia y características de la centenaria edificación en una jornada en la que no faltó la pintura y los cuentacuentos.

La visita comenzó en el Taller de Memoria, que imparte José Manuel del Valle. Los escolares fueron recibidos, en la dependencia habilitada para este fin, por María Palma, que metida en el papel del ama de llaves del primer propietario del edificio, Antonio Mora Claros y su esposa, Pepita Jiménez, los condes de Mora Claros, explicó a los pequeños que el inmueble donde se encontraban se construyó en 1912 y fue el palacio de los señores de Mora Claros.

Hecha la introducción por el ama de llaves, entraron en escena los condes de Mora Claros, Antonio y Pepita, interpretados por Antonio Mata y Pepi Molina, que ataviados con trajes de la época fueron desgranando la vida de la pareja. Recordaron en su intervención que Antonio Mora Claros fue alcalde de Huelva y presidente de la Diputación y destacaron, entre otras cosas, que donó terrenos para la construcción de la Gota de Leche y del cuartel, donde actualmente se ubica la Universidad de Huelva, así como que dotó a Huelva del primer teatro, y propició la llegada del suministro eléctrico a la ciudad. "Fue un ciudadano ejemplar, hizo mucho por Huelva", resaltando que fue una de las personas claves en la conservación del monasterio de La Rábida.

De la condesa comentaron que era una mujer muy religiosa y que fue camarista principal de la Hermandad de la Vera-Cruz.

El que fuera su palacio está destinado desde 1974, cuando fue adquirido por el entonces Ministerio de Trabajo, al uso y disfrute de los mayores. Cuenta actualmente con un total de 6.500 usuarios inscritos.

Escolares y alumnos del Taller de Memoria siguieron muy atentamente el relato de los condes. Tras el cual, los niños se dirigieron a la sala de la chimenea y los mayores continuaron con el Taller de Memoria. Antes de abandonar la dependencia, Antonio Mata, en su papel del conde, planteó a los niños un reto: encontrar la fecha de construcción del edificio en una de las vidrieras.

En el sala de la chimenea había distribuidas a los largo de unas mesas unas láminas con motivos de las artísticas cristaleras y latas con lápices de colores. Los escolares debían colorearlas y decir de qué vidriera se habían sacado esos motivos.

Los escolares mostraron sus dotes artísticas y su capacidad de observación, finalizando la visita y el encuentro intergeneracional con un cuentacuentos.